Recorrimos acompañado de Teodoro Petkoff y por iniciativa de él, junto algunos dirigentes regionales Nueva Tacagua, y Las Malvinas, donde escuchamos testimonios sumamente dolorosos relatados por los familiares una niña y un bebé,que murieron atravesados por balas de FAL, también en La Vega, el 23 de enero, los barrios La Montañita y los Erasos entre otros. Esos recorridos fueron en su mayoría recogidos en excelentes reportajes por la periodista Elizabeth Araujo, para el diario El Nacional y también publicados en un libro titulado: El día que bajaron los cerros; de el que ella es coautora.
La protesta iniciada en Guarenas con motivo del alza del pasaje interurbano, se le ha pretendido mistificar como precursor para justificar el golpe del 4F y las posteriores actuaciones de quienes auspician el llamado socialismo del siglo XXI. No fue para nada “la chispa que encendió la pradera” tal como la definió el expresidente Chávez parafraseando a Mao Tse Tung.
>>> Esos sucesos fueron espontáneos en sus inicios y no reprimidos porque la Policía Metropolitana se encontraba en huelga, uno de sus dirigentes -no el principal- era Freddy Bernal. La transmisión en vivo y directo de los saqueos, especialmente el del Centro Comercial Anauco en San Bernardino, contribuyó a la expansión de la protesta con sus peculiares características.
Cierto es que algunas organizaciones políticas intentaron cabalgar sobre la ola ya iniciado el movimiento, pero es totalmente falso que él fuera promovido y organizado por algún movimiento político. Si bien el caracazo comenzó como una legítima protesta por las medidas que se pretendían implantar, en su desarrollo se anarquizo y sucedieron desmanes de distinta índole, imposibles de dignificarla con la finalidad de justificar políticamente acciones posteriores. Incluso en muchas barriadas populares el hampa aprovechando los acontecimientos hizo de las suyas.
>>> Como es obvio, los excesos cometidos a raíz de “el sacudon” no justifica en lo más mínimo, la brutal represión desatada a partir del martes 28 cuando se suspenden las garantías y se establece el toque de queda tomando el control de la ciudad la Fuerza Armada, con contingentes venidos del interior que desconocían muchos de ellos Caracas. Dispararon a mansalva contra los bloques de El Valle, 23 de enero y Caricuao ; provocando centenares de muertos y más de un millar de heridos.
Hay la versión muy difundida sobre la no participación de Chávez en los sucesos por encontrarse enfermo con viruela en el hospital militar, sin embargo el mismo relató que llegando al fuerte Tiuna con un compadre que era Coronel, observó los preparativos y presintió que podía ocurrir una masacre. Ahora bien existe también el mito de que los “oficiales bolivarianos” no compartieron la actuación de las FAN durante el caracazo, uno de los oficiales juramentados en El Samán de Güere, falleció durante su actuación en el barrio La Montañita de la parroquia EL Valle.
La situación que hoy vive el país es, sin duda, mucho más grave a la de los inicios del año 89 que provocaron el llamado sacudón. En el análisis de escenarios posibles no se puede descartar una crisis de gobernabilidad que provoque un estallido social, un diario recientemente publicó el estudio atribuido al Comando Estratégico Operacional de las FAN, donde tal hipótesis era considerada. Es es un escenario indeseable y catastrófico que hay que intentar evitar a toda costa. Lamentablemente el gobierno no hace lo necesario para encontrar alternativas a al crisis, al contrario su comportamiento incide en agravarla. Las fuerzas democráticas tienen el trascendental compromiso de buscar alternativas a la crisis, en eso no podemos fallarle al país. La unidad puede y debe estar a la altura de esta coyuntura histórica. Nunca más un 27 de febrero.