El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva fue detenido brevemente el viernes para ser interrogado en el marco de una investigación federal de un gran esquema de corrupción, agravando una crisis política que amenaza a la presidenta Dilma Rousseff, reseñó Reuters.
El interrogatorio a Lula bajo custodia policial ha sido la gestión de más alto perfil de una amplia investigación que ha sacudido a la clase política y empresarial de Brasil, profundizando la peor recesión en décadas en la mayor economía de América Latina.
La investigación amenaza con empañar el legado del político más poderoso de Brasil, cuyas raíces humildes y programas para combatir la pobreza lo convirtieron en un héroe popular, al poner en duda cómo su izquierdista Partido de los Trabajadores consolidó su posición desde que llegó al poder hace 13 años.
La policía fue a buscar a Lula en su casa en las afueras de Sao Paulo y lo liberó después de tres horas de interrogatorio.
En un comunicado, la Policía Federal dijo que hay pruebas que sugieren que el ex presidente recibió beneficios ilícitos de comisiones ilegales de la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA (Petrobras) en forma de pagos y bienes raíces de lujo.
“El ex presidente Lula, además de ser el líder del partido, fue el responsable final de la decisión sobre quiénes serían los directores de Petrobras y fue uno de los principales beneficiarios de estos delitos”, dijo la policía en un comunicado.
“Hay evidencia de que los delitos lo enriquecieron y financiaron campañas electorales y al tesoro de su grupo político”, agregó.
La evidencia en contra de Lula también acerca la investigación a su protegida y sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, que está luchando para evitar un juicio político y haciendo esfuerzos para sacar al país de su peor crisis económica en décadas.
Las noticias sobre la detención de Lula provocaron fuertes alzas de los activos brasileños, porque los operadores apuestan a que la agitación política puede permitir la consolidación de una coalición más favorable al mercado.
El real brasileño llegó a subir más de un 3 por ciento frente al dólar y el índice referencial Bovespa subía casi un 4 por ciento. Las acciones de Petrobras lideraban el repunte con un alza del 13 por ciento.
Un portavoz de Lula no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios el viernes.
La fundación de Lula, que ha negado cualquier irregularidad de parte del ex presidente, dijo en un comunicado el viernes que su detención era “una agresión contra la ley y la sociedad brasileña”. El arresto “es arbitrario, ilegal e injustificable, además de una afrenta a la Corte Suprema”, indicó.
Rousseff también ha negado reiteradamente las acusaciones.
Líderes del Partido de los Trabajadores salieron en defensa del ex presidente. El ministro de Trabajo, Miguel Rossetto, dijo que la detención era “un claro ataque a lo que Lula representa”.
“Esto no es justicia, esto es violencia”, agregó en una declaración pública.
En la calle fuera de la casa de Lula en el estado de Sao Paulo, seguidores vestidos con camisas rojas intercambiaron cantos, insultos e incluso golpes con detractores, lo que subraya las profundas pasiones políticas en torno al ex presidente.
Decenas de policías llegaron para controlar los altercados.
Más temprano
La Policía Federal de Brasil lanzó el viernes la fase 24 de la Operación Lava Jato, que incluye acciones en domicilios del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en Sao Bernardo do Campo, y de su hijo Fábio Luíz Lula da Silva, conocido como Lulinha, en el barrio de Moema, Sao Paulo, publica el portal Brasil247.
Agentes policiales también fueron desplegados en la sede del Instituto Lula, en el barrio de Ipiranga, zona sur de la ciudad de Sao Paulo, y en empresas alcanzadas por el Lava Jato.
Órdenes judiciales son cumplidas en las localidades de Atibaia y Guarujá, donde se localizan inmuebles adjudicadas a Lula, que el ex presidente ha negado reiteradamente que sean de su propiedad.
Lula fue conducido a prestar declaración pero no será detenido, al menos en lo inmediato. También es blanco de la operación Paulo Okamotto, presidente del Instituto Lula.
La operación fue bautizada “Aletheia”, en referencia a la expresión griega que significa en “búsqueda de la verdad”.
En total, unos 200 agentes federales y 30 auditores fiscales cumlen 44 órdenes judiciales, que incluyen incautaciones y obligación para declarar en Rio de Janeiro, Sao Paulo y Bahia.
Los policías llegaron al edificio donde vive Lula en Sao Bernardo do Campo a las 6 de la mañana. También participan del operativo inspectores de la Receita Federal, el ente impositivo de Brasil.
Legisladores “lulistas” se dirigen a la sede de la Policía Federal en Sao Paulo donde Lula debe declarar para expresar solidaridad con ex mandatario. El diputado Carlos Zarattini, del Partido de los Trabajadores (PT), dijo que Lula estaba siendo víctima de “persecución política”.
La investigación busca establecer si Lula recibió ventajas indebidas de empresas acusadas en el Lava Jato, que destapó una red de corruptelas en torno a la petrolera estatal Petrobras.
La agencia EFE destacó que este jueves, la situación se Lula pareció agravarse, cuando fue difundida la declaración de un delator del caso Petrobras, el cual aseguró que el exmandatario “ordenó” sobornar a algunos de los detenidos a cambio de su silencio y de que no colaborasen con la justicia.
La operación se enmarca en las investigaciones de corrupción en la estatal Petrobras y fue ordenada por el juez federal Sergio Moro, que está a cargo de las averiguaciones sobre una red que se apropió ilegalmente de unos 2.000 millones de dólares de las arcas de la petrolera.
Según confirmó la Policía Federal, los agentes iniciaron las indagaciones a las 06.00 hora local (10.00 GMT), cuando se presentaron en la residencia de Lula en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en la periferia de Sao Paulo.
También fueron allanados la sede del Instituto Lula, que dirige el expresidente; una finca de la localidad paulista de Atibaia y un apartamento en el balneario de Guarujá, entre otros lugares.
En esos dos últimos casos, las autoridades sospechan que esas propiedades pertenecen en realidad a Lula, aunque figuran a nombre de otras personas allegadas al exmandatario.
Las autoridades judiciales, que investigan a Lula por sospechas de “ocultación de patrimonio” y “lavado de dinero”, han manifestado que hoy mismo ofrecerán detalles sobre la operación en torno al expresidente y su familia en una rueda de prensa.