La música nos provoca un montón de sensaciones, y esto lo saben bien los expertos en marketing, que seleccionan cuidadosamente las melodías que sonarán en el centro comercial para animarnos a comprar más. De la misma manera, parece que no saboreamos igual un plato según la canción que esté sonando, reseña Muy Interesante
El psicólogo Charles Spence, de la Universidad de Oxford, lleva muchos años dedicando sus esfuerzos a analizar cómo los estímulos que recibimos a través de los sentidos nos provocan sensaciones que hacen que disfrutemos más o menos de una experiencia concreta, en este caso la comida.
Y no, no hay una canción universal para ambientarnos mientras llenamos el estómago. De acuerdo con una de sus últimas investigaciones, a cada tipo de comida debe acompañar un estilo musical muy concreto. Para la comida china, lo mejor es escuchar pop y, según Spence, la canción Blank Space de Taylor Swift es la elección perfecta. Nada que ver con Pavarotti, cuyas óperas harán que degustemos por todo lo alto un buen plato de pasta italiana, o con el jazz de Sinatra, gracias al cual el sushi nos sabrá mucho mejor. Sin embargo, parece que escuchar Justin Bieber puede arruinarnos hasta el más delicado manjar.
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