El mantenimiento de un carro va mucho más allá del simple hecho de ponerle gasolina y aunque en la materia los hombres salen eximidos, las mujeres necesitan pisar el acelerador, no tanto para alcanzarlos, sino para evitar vararse en el intento.
En el auto como en la vida, lo más importante es la prevención y la precaución, así que lo más conveniente es revisar el vehículo, tanto motor como llantas, antes de salir.
– Revisa los líquidos del carro: verifica que el agua del radiador esté en el nivel adecuado; igualmente revisa que el nivel de la liga de los frenos y del aceite de motor y caja estén en la medida precisa.
– Si saliste de casa y no revisaste el vehículo, mantente atenta a los indicadores en el tablero, pues si algo no está funcionando correctamente el mismo carro te avisará. Si hay deficiencia de agua o refrigerante la temperatura subirá más de lo permitido, en este caso, detén de inmediato el vehículo a la orilla de la vía y verifica los niveles de líquido en el radiador. Si falta aceite, se encenderá el indicador de éste; y si se presenta otra falla, prenderá la luz de los servicios.
– Otra revisión de rigor es la que corresponde a la presión de los neumáticos, tanto de las cuatro ruedas como de la llanta de repuesto. A propósito de esto, mantén en tu auto gato hidráulico y llave de cruz. Nunca se sabe cuando te quedarás espichada y si no puedes cambiar el caucho dañado, con las herramientas necesarias alguien podrá hacerte el favor.