En Venezuela, la gran mayoría de las medicinas están disponibles solo fuera de los canales regulares de comercialización. Páginas en Facebook, Instagram y grupos de Whatsapp abundan en un mercado que viola desde leyes económicas hasta sanitarias sin una necesaria vigilancia de las autoridades.
Yeneiza Azuaje sufre de diabetes y toma Meglitinidas desde hace cinco años. Anteriormente lo conseguía en cualquier farmacia, pero desde hace dos años solo está disponible en los “puestos” de los supuestos bachaqueros.
“En Plaza Sucre, cerca del Farmatodo, me lo vende un señor que tiene un kiosco. Tiene muchas medicinas que no se consiguen. A pesar de que cuesta Bs 250, la pago en Bs 1.250”, relató.
Enfermedades cardiovasculares, neurológicas, metabólicas, mal de Parkinson y tratamientos psicoeléctricos para niños hiperactivos son las enfermedades más comunes y, por ende, los medicamentos para esas patologías son los más buscados.
Los anticonceptivos también son fáciles de ubicar, aunque no en las farmacias, sino en los tarantines ambulantes. En Petare, una caja de pastillas Belara es ofrecida en Bs 1.700, aun cuando el precio rotulado en la caja para venta al público es de Bs 112.
Los Implanon, anticonceptivos que se aplican en el brazo a través de un implante, se encuentran solo en las redes sociales.