Aunque, aparentemente, las invasiones de inmuebles se han detenido, o al menos reducido últimamente, para los propietarios de algunos de los ocupados hace años en Barquisimeto la situación no ha variado nada pues sus propiedades continúan en poder de los ocupantes ilegales.
Hugo J. Boscán / El Impulso
En la capital larense hubo una época en la que dueños de casas, edificios o terrernos, vivían en permanente zozobra ante la aparición de un movimiento que se identificaba como el FRIO, cuya única misión era la de reunir a grupos de personas de escasos recursos y convencerlos de tener supuestos derechos de invadir inmuebles en proceso de construcción o sin uso.
El Frente Revolucionario de Inquilinos y Ocupantes, como se identificaba, dirigido por Carlos Sivieres, cogió fama por la publicidad que generaba cada una de sus incursiones.
Pero antes de su aparición ya se habían registrado en la ciudad ocupaciones ilegales de edificios.
Una de ellas fue la del hotel Curumato, en la avenida 20, con calle 34, ocurrida en marzo del 2012, por parte de un grupo que se identificó como Residencia Renacer Bolivariano, uno de cuyos líderes era Giovanny Pérez.
Este mes se cumplen cuatro años de la toma y sus propietarios parece que han perdido las esperanzas de recuperar el hotel que durante mucho tiempo estuvo al servicio de los visitantes a la ciudad.
Incluso, la entonces prefecto de Iribarren, Marisol Vargas, declaró que el dueño del inmueble no lo tenía abandonado sino que estaba esperando un crédito para su remodelación.
Hoy, en el edificio se observa a simple vista un avanzado deterioro, salvo una oficina donde funciona una sede de la misión Ribas y un pequeño puesto de venta de celulares.
Cuando se produjo la ocupación había 21 familias pero actualmente se desconoce la cantidad pues eso se tiene como un secreto, de acuerdo a lo que dijo quien atendía el puesto de celulares.
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