El periodista español Ramón Salaverría, coordinador del libro “Ciberperiodismo en Iberoamérica”, asegura que, si continúa la tendencia, “los medios digitales se situarán definitivamente como dominadores del mercado periodístico en la región, por encima incluso de la televisión”.
“Los medios digitales ya no son un simple medio más, sino de hecho el medio emergente principal, con un protagonismo cada vez mayor en la configuración de la opinión pública”, matizó el coordinador del libro en declaraciones a Efe.
“Ciberperiodismo en Iberoamérica” es un volumen que trata de reconstruir los 20 años de historia del periodismo digital en Latinoamérica, España y Portugal a través de 30 expertos en la materia, y del que se desprende una “notable evolución”, especialmente en los países tecnológicamente más avanzados.
Esta obra coparticipativa demuestra que, con modelos nacionales muy dispares, “más que un ciberperiodismo iberoamericano, lo que hay es un ciberperiodismo en Iberoamérica con toda su rica diversidad” que tiene su mayor ventaja en el idioma.
“A través de sus lenguas: español y portugués; es donde los medios digitales de la región pueden encontrar mejores bazas para desarrollar su alcance y competir a escala mundial”, apunta Salaverría.
Una dirección hacia la que ya miran los grandes gigantes de la comunicación anglosajona, como “New York Times” o “The Guardian”; y hacia el que caminan también cabeceras españolas como “El País” o “Marca”.
Salaverría considera que “Argentina es, incuestionablemente, uno de los países de referencia en el ciberperiodismo de Iberoamérica” por su temprana aparición y “por el empuje innovador” de sus medios, lo que la convierte en “uno de los principales mercados donde se ha avanzado más y mejor en los nuevos caminos digitales del periodismo”.
El país austral reúne así algunos de los medios “más vanguardistas” de los 22 países analizados en el libro.
Alejandro Rost y Fabián Bergero, expertos en periodismo digital de la Universidad del Comahue, en la Patagonia argentina, fueron los encargados de dirigir la investigación en el país del tango y el choripán.
Para ellos, Argentina desprende “un liderazgo claro de los sitios (web) pertenecientes a diarios impresos”, siendo éstos los primeros en dar el salto a la versión digital en 1995, cuando este área todavía estaba en pañales, explicó Rost a Efe.
En este sentido, el docente destaca la labor de cabeceras como “Clarín.com”, ganadora de diferentes premios internacionales durante los primeros años por “la cantidad de propuestas” o; más recientemente, “La Nación”, otro de los diarios emblemáticos del país y “líder” en los últimos tiempos por sus trabajos en periodismo de datos y su nivel “actualización”.
Pero no todo es bueno en un lugar donde las conexiones a internet, pese a su gran evolución en los últimos años, todavía no pueden competir con Europa o Norteamérica.
“La mayoría de sitios no conserva archivos ni primeras ediciones (de su versión en línea); ni cuando nació, como si no hubiera sido importante”, apunta el periodista, quien también hace hincapié en los “continuos cambios de marca” y “diseño” hacia formatos más visuales e interactivos que han experimentado los medios argentinos en estos veinte años de historia ciberperiodística.
Para Rost también es necesario redefinir el modelo de negocio sobre el que se sustenta el periodismo digital y lograr dar una mayor presencia al periodismo de datos, las transmisiones en vivo o la distribución multiplataforma de calidad.
Por otro lado, Brasil es uno de los países de la región que, según el libro, experimentó un mayor crecimiento en el acceso y uso de la tecnología en entornos urbanos, siendo también donde más se consume y se paga por información “online”.
A la cola: Honduras, Nicaragua o Paraguay, debido principalmente a unas infraestructuras con numerosas carencias que dificultan el desarrollo tecnológico de sus medios de comunicación.
Otros, como El Salvador, orientan su estrategia digital hacia los lectores de la diáspora y en países como Cuba, el control gubernamental sigue siendo una realidad que marca su evolución. EFE