El pasado domingo aterrizó el Air Force One por primera vez -en casi 90 años- en la isla de Cuba, hecho histórico que envía un claro mensaje al mundo: han llegado nuevos tiempos y los Castro han decidido no quedarse en el pasado fracasado del comunismo, abriendo las puertas al futuro y a las bondades que ofrece la globalización de un mundo moderno desconocido para la mayoría de los cubanos. Por alguna razón pareciera que los vetustos guerrilleros de otrora están pensando en el bienestar de su pueblo sumido en el atraso y la pobreza.
La llegada de Obama -con su esposa y sus dos hijas- paralizó a la Habana, y en su discurso hizo referencia a que habían llegado tiempos de cambios, para lo cual ya era hora de dejar atrás el pasado, en un diálogo diáfano de mandatario a mandatario, sin ofensas, sin atribuirle culpas del fracaso de su estado a su homologo, una reunión normal desarrollada en un ambiente de entera cordialidad como debería suceder en cualquier país civilizado.
De la mediática visita destacó el hecho de que el Presidente Raúl Castro haya revelado que no tuvo tiempo para hablar sobre Venezuela con Obama. A buen entendedor, pocas palabras. Los intereses de Cuba ya no están puestos en su antes benefactora Patria de grande de Bolívar. Así que no hubo ocasión para discutir sobre la fantasiosa “Guerra Económica”, las paranoicas conspiraciones, ni nada del discurso trasnochado al que el oficialismo nos tiene acostumbrado. Los cubanos han entendido que todo ha cambiado y que es necesario modificar el modelo que solo les ha traído atraso y pobreza por más de 40 años. ¿Recuerdan aquella declaración de Fidel quien en un momento de sublime sinceridad senil dijo en una entrevista con el periodista Jeffrey Goldberg que el modelo castro-comunista no le servía ni a Cuba?
Estos eventos nos permiten reflexionar sobre lo perdido que se encuentra Nicolás Maduro en el contexto internacional. Mientras Cuba camina hacia nuevos tiempos, en Venezuela nos quieren obligar a transitar por el mismo sendero que ya los cubanos descubrieron amargamente que conduce a la miseria, un modelo político fracasado que no produce ni riqueza, ni desarrollo, ni bienestar para los pueblos, en definitiva, que no sirve como modelo para nadie. Ya lo dijo el camarada Fidel.
También resaltó la frase dicha por el Presidente Obama en Español: “El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano”. Creo que no pudo haberlo dicho mejor. En Venezuela al régimen no le interesa que el futuro esté en las manos de los venezolanos, y para muestra un botón, pues a pesar de haber sido barridos en las elecciones del pasado diciembre, Maduro ha decidido que el futuro de los venezolanos esté en las manos de 7 fraudulentos magistrados que han decidido ponerse de espaldas a la voluntad popular.
Nosotros sabemos que es muy grande el miedo que tienen a perder el poder, por razones evidentes de corrupción, donde 300 enchufados se han creído dueños de un país de 30 millones de venezolanos, pero no importa lo que intenten, siempre seremos mayoría los que apostamos por la justicia, el respeto y defensa de nuestro país.
Al igual que han llegado nuevos tiempos para Cuba, para Venezuela también llegarán. Y no me refiero precisamente a que venga el presidente Obama, me refiero al cambio de nuestro modelo económico fracasado por uno productivo, de competencia, donde se incentive la inversión privada y se proteja el valor de la moneda y de los salarios de los trabajadores, donde podamos estudiar, trabajar, comprar un casa y hasta exportar nuestros productos con calidad venezolana a otros países. Esos tiempos están cerca y nosotros seguiremos luchando hasta lograrlos alcanzar.
Aarón Rodríguez Moro – @RodriguezAaron