Celebramos la continuidad y nuevo impulso de las conversaciones de paz, del diálogo entre el gobierno de Colombia encabezado por el presidente Santos y la Comandancia de las Guerrillas del ELN. Es la única forma, el mejor camino para lograr una paz duradera en la hermana república sometida a lo largo de más de 50 años a un enfrentamiento armado que ha dejado sembrado de cadáveres toda la geografía colombiana.
Nota de prensa
Para negociar no hace falta una previa guerra fratricida como afirma siempre Joaquín Villalobos sobre las conversaciones de paz en El Salvador. De igual manera Avanzada Progresista celebra el encuentro entre los Estados Unidos de América y la República de Cuba que cierra de alguna manera otros 50 años de políticas erradas, de bloqueo injusto e innecesario, en ese encuentro también privó el diálogo y la búsqueda de entendimientos.
Esas conductas celebradas por el Presidente Maduro quien se reunió el día 30 de marzo con delegaciones del Gobierno de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional es la misma conducta que más del 80% de la población venezolana le está pidiendo al gobierno venezolano en lo referido a iniciar un proceso de diálogo con la oposición que permita abrir caminos y buscar soluciones a los graves problemas económicos, sociales, políticos y de seguridad que sufre Venezuela hoy por hoy.
Estamos frente a un posible colapso eléctrico de incalculables consecuencias, frente a una sequía terrible, una situación económica que empobrece velozmente a la población en razón de las amenazas de hiperinflación y en la caída de la producción en más del 10% para este año 2016. Estos males terribles deben ser enfrentados en un marco de diálogo y de búsqueda de respuestas unitarias. El acuerdo por unanimidad de la Asamblea Nacional Venezolana de respaldo al llamado del Papa al diálogo demuestra que es posible encontrarse, debatir los problemas en un marco de respeto, de dignidad y de obediencia a los preceptos constitucionales.
Es obvio que la Ley de Amnistía representa un reto para los venezolanos y la mejor prueba que es posible llegar a acuerdos que disminuyan las tensiones y alivien la crispación y el nivel de enfrentamiento que aúpan y promueven los sectores radicales que solo piensan en sus primarios intereses y no en los grandes retos del país.
Aprobar la Ley de Amnistía es trabajar por el diálogo y la paz. Si es cierto que la canciller venezolana Delcy Rodríguez, como ella misma afirma, hace esfuerzos por la paz en todo el continente Latinoamericano mucho más cierto lo sería si tales esfuerzos se concentran y estimulan en Venezuela donde las amenazas sobre la tranquilidad y la paz no parecen disminuir. El presidente Maduro que declaró al mundo las buenas noticias para nuestra amada Colombia también debería anunciarle al mundo, dada la petición del Papa y su acogida en el seno de la Asamblea Nacional, que también nosotros hemos iniciado un proceso de conversaciones, de diálogo, de entendimiento en pro de los grandes objetivos de la Patria. Hablar de paz en todo el mundo y no en Venezuela es de alguna manera no hablar de paz en ningún lugar.