Viene a nuestra memoria la célebre Teoría de la Ventana Rota (Philip Zimbardo, Stanford University) para explicar el contagio de conductas incivilizadas en la sociedad. La indiferencia ante detalles como una ventana rota nos dice “nadie cuida esto, puedes romper ventanas”. Y si quien las rompe es el encargado del orden, no existe razón alguna para que cualquiera lo haga. La trágica realidad de hoy puede tener muchas explicaciones pero una es determinante: la impunidad propiciada por un gobierno con vocación delictiva que irrespeta permanentemente las leyes, abusa del poder y es el principal promotor de la violencia. Nada podemos esperar si quienes deberían dar ejemplo de orden y respeto, son los corruptos y violadores de DDHH que mantienen una íntima relación con colectivos armados o grupos irregulares como las FARC y hasta son señalados como presuntos narcotraficantes, sin que exista el menor indicio de justicia pues los responsables de impartirla son cómplices de la barbarie. Delinquir sin temor al castigo es el ejemplo. Pero cuando se quiebran las referencias morales, la ética y las normas que garantizan la convivencia; entonces se deteriora aceleradamente el tejido social, se pierde el orden y la propia comunidad.
En fin ¿Alguien cree que con este gobierno es posible frenar al hampa y recuperar la tranquilidad, seguridad y calidad de vida que nos merecemos? En esta hora angustiante y tenebrosa, donde el futuro se nos deshilacha, la patria se desangra y vive un luto permanente, solo puedo pedir a cada quien que responda desde el fondo de su corazón y actúe en consecuencia. Mi conclusión es que la primera tarea que tenemos como ciudadanos y como hijos de esta hermosa tierra, es cambiar a este gobierno… Y ojalá no insistan en cerrar los cauces democráticos y termine siendo la calle el único escenario para la supervivencia y la esperanza. Dios bendiga a Venezuela
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla