La oposición política colombiana, que lidera el expresidente Álvaro Uribe, hizo hoy una exhibición de fuerza al llevar a las calles en todo el país a decenas de miles de personas para criticar al Gobierno de Juan Manuel Santos y en especial cómo conduce las negociaciones de paz con las guerrillas.
Las columnas de colombianos que marcharon con el lema “No+” partieron desde diferentes ciudades y se mostraron también muy críticos con la venta de la generadora eléctrica Isagén, “la corrupción”, la detención de dirigentes cercanos al uribismo a quienes consideran “presos políticos” y el incremento de impuestos.
Uribe, presidente entre 2002 y 2010, senador del opositor partido Centro Democrático y todavía con un importante caudal político según todas las encuestas, afirmó en la marcha en Medellín que Colombia no saldrá de la violencia mientras exista “impunidad” con el “narcoterrorismo”.
Esa ha sido una de las críticas más recurrentes que ha utilizado desde que comenzó el proceso de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hace más de tres años, ya que considera que no se penalizará suficientemente a los guerrilleros.
Asimismo, invitó a cambiar desde las calles el rumbo del país, “defender la democracia”, luchar contra la corrupción y rechazar que el Gobierno consolide lo que considera la entrega del país a los terroristas en las negociaciones de paz.
“Que esta marcha nos ayude a tomar conciencia sobre el daño que a la convivencia le hace la impunidad con el narcoterrorismo. Le dan impunidad a un grupo y aparece otro, y Colombia no saldrá de la violencia”, dijo Uribe.
El expresidente aseguró que la corrupción en las instituciones tiene un “efecto destructor” y pidió a sus compatriotas a que desde las calles cambien “tranquilamente el rumbo de Colombia”.
Esa reclamación tuvo su eco en la ciudadanía que llenó las calles y que también recogió las peticiones de Uribe en sus protestas.
“El país se está entregando a actos terroristas y no vemos acción por el Gobierno. El mensaje que esta mandado entre líneas es que quien haga terrorismo entra a un proceso de paz”, dijo a Efe el sargento retirado del Ejército Nelson Romero, quien acudió a la marcha en Bogotá acompañado de otros exmilitares.
En su opinión, “si no hay quien se pare en contra de los actos terroristas y defienda al país”, Colombia va a “caer en un caos”.
En este sentido señaló que “la democracia hay que defenderla” con acciones como la de hoy.
Por su parte, Aidee Jiménez, quien explicó que su hijo fue asesinado por las guerrillas, pidió que Colombia “no termine como Venezuela o Cuba” y reclamó “que Santos renuncie” y no “esclavice al pueblo”.
“Le quedó grande Colombia a ese FARC-Santos”, dijo en una alusión a las negociaciones entre el presidente y esa guerrilla, que fue repetida en numerosas pancartas.
Las marchas se reprodujeron en ciudades como Barranquilla, Cartagena, Cúcuta, Pereira, Sincelejo, Bucaramanga, Cali y Valledupar, pese a la lluvia que cayó con fuerza sobre algunas de esas urbes.
Junto con Medellín, la más numerosa fue la de Bogotá, donde los convocantes consiguieron llenar la céntrica Plaza de Bolívar a pocos metros de distancia de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
Allí estaba previsto que Uribe tomara la palabra en un gran escenario montado para la ocasión, sin embargo la lluvia impidió que pudiera aterrizar en la capital colombiana y tuvo que dirigirse a los congregados a través de una llamada telefónica.
Eso no desanimó a los ciudadanos, que mantuvieron los principios que les convocaron. “Estoy cansado de cómo se reparten subsidios en el país de forma indiscriminada, de que las FARC en La Habana estén negociando y despedazando el Estado”, dijo a Efe Pedro David Amaya, otro de los asistentes.
“Quiero mi Colombia en paz, pero no la que me están proponiendo, una paz con equidad, trabajo, donde exista los medios para poder trabajar y producir”, concluyó con una máxima que repitieron muchos de los asistentes. EFE
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