En uno de mis muchos intentos de explicar el tema constituyente escribí una nota hace casi dos años comparando a Venezuela con un condominio (ver ¿Quién pone las reglas? en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/06/quien-pone-las-reglas.html). De nuevo me volvió esa comparación a la mente cuando escuchaba como invitado de un programa de radio en Mérida, a los oyentes reaccionando a la entrevista quejándose de la horrible situación en la que estamos viviendo, y en particular las poblaciones del interior del país, de que no hallan salidas y que nos encontramos atrapados sin saber que hacer frente a un todopoderoso régimen que ha secuestrado las instituciones del Estado.
Mi respuesta a eso es que los venezolanos hemos olvidado quienes son los dueños del edificio. LOS DUEÑOS SOMOS NOSOTROS y los gobiernos no son más que aquellas personas en quienes hemos delegado temporalmente la responsabilidad de administrar lo que es nuestro en beneficio del conjunto. Y cuando el conserje se alza con lo que no es de él sino de todos nosotros, en lugar de reunirnos en una Asamblea de Propietarios para decidir el desastre como dueños que somos, lo que hacemos es quejarnos de su mala administración, buscando las vías para despedirlo de acuerdo al contrato que firmamos con él, documento que el mismo conserje se ha encargado de modificar para que eso no pase.
Entonces, nos sentamos en la acera a discutir cómo hacemos con eso, dándole vueltas a una legalidad que dejo de existir porque el mismo delincuente modificó los documentos, sin percatarnos que quienes somos los propietarios somos nosotros…Eso, con ese sencillo ejemplo, es lo que nos está pasando en Venezuela. Tenemos un conserje alzado con algo que no es de él.
Y lo peor no es solo eso, el conserje está destruyendo ante nuestros ojos nuestra propiedad, regalando por pedazos los bienes de los propietarios, cediendo la administración que le delegamos a unos extraños de otro país, y estos están viviendo de nosotros como sanguijuelas. Una situación peor que esa es difícil de imaginar en otro país.
Ante esa situación un grupo de propietarios estamos convocando a una Asamblea de Propietarios para reunirnos y decidir qué hacer ante este estado de cosas, basándonos en el Documento de Condominio que firmamos como el contrato básico de convivencia del edificio que dice que con el 15% de nosotros, podemos convocar a esa Asamblea, no solo para despedir al conserje, sino cambiar radicalmente el Documento de Condominio para que esto no vuelva a suceder mas nunca, dándole oportunidad de una mejor calidad de vida a los propietarios y sus próximas generaciones.
Sin embargo esta no es una tarea fácil. Primero los propietarios deben tomar conciencia de que lo son. Que son “mandantes” (DRAE: 1.- Que manda; 2.- Persona que en el contrato consensual llamado mandato confía a otra su representación personal, o la gestión o desempeño de uno o más negocios) de quien eligieron como “mandatario” (DRAE: 2.- Persona que, en virtud del contrato consensual llamado mandato, acepta del demandante representarlo personalmente, o la gestión o desempeño de uno o más negocios). Y que cuando alguien se refiere al Presidente como “Primer Mandatario” es porque en lenguaje del pueblo eso significa nuestro “primer mandadero”.
En otras palabras, el Presidente y todo el gobierno SON MANDATARIOS de un encargo dado por NOSOTROS, los propietarios de la Soberanía, para administrar algo nuestro. Simple…
Para ver esto más claramente les refiero a otro ejemplo: cuando usted le da un “poder” por notaria a alguien para que le venda un carro porque usted se va de viaje, espera desde donde se encuentre que ese “apoderado” (DRAE: 1.- Dicho de una persona: Que tiene poderes de otra para representarla y proceder en su nombre) le envíe el dinero producto de la venta del vehículo de su propiedad. Sin embargo al pasar los días usted ve que los reales no le llegan y cuando regresa, se encuentra que a quien usted le dio el “poder” para vender el carro está disfrutando de su propiedad paseando y dándose vida con su vehículo.
Molesto usted le quita el “poder” que le había dado y se lo da a otra persona. Al correr del tiempo usted ve de nuevo que no solo no le vendió el carro sino que lo alquiló para taxi, quedándose con las rentas. Obviamente usted le quita el “poder” y el carro a ese delincuente y decide que no se lo va a dar a nadie más, decidiendo sabiamente vender usted mismo su carro.
Pues bien, de nuevo, eso es lo que ha pasado en Venezuela. Los venezolanos nos hemos equivocado amargamente con quien le hemos delegado el poder para administrar nuestros bienes. Se ha dilapidado la mayor fortuna que país alguno pudo tener para resolver todos sus problemas, y que lamentablemente le delegamos el mandato a un golpista en 1998, que nos engaño indicando que cambiando la Constitución de 1961 resolveríamos los problemas y lo que hizo fue hacer una que centralizara aun más el poder que ya tenían los Presidentes en Venezuela, estableciendo un esquema constitucional para secuestrar los Poderes Públicos.
Y ahora, parados en el 2016, vemos en retrospectiva que, ni le podemos quitar el “poder” que les dimos a nuestros “mandatarios” porque astutamente entramparon la Constitución para que eso no ocurra, ni podemos revocarlos porque en su accionar delincuente pusieron unas reglas que hacen imposible su destitución. ¿Cómo se destranca esto?
Afortunadamente, así como pusieron reglas para concentrar el poder y secuestrar a los poderes públicos en la Constitución, dejaron la puerta abierta para convocar al Soberano para cambiarla. Y eso no fue inadvertido. Debieron hacerlo porque ese fue el principio legal que argumentaron (el Poder Originario está por encima de los Poderes Constituidos) para pasarle por arriba a la Constitución de 1961, que no se podía derogar sino por los medios que ella misma determinara. De allí nacieron los Artículos 347, 348, 349 y 350 en la Constitución de 1999.
Algunos propietarios creemos que estamos en el momento de vender el carro nosotros mismos porque somos los dueños, convocando a una Asamblea de Propietarios, que no es otra cosa que una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario, prevista en el ordenamiento constitucional. Pero si no estamos conscientes de que somos los propietarios poco se podrá lograr. Estar conscientes de eso es el primer requisito para ser CIUDADANO de un país. ELLOS SON NUESTROS EMPLEADOS y como tales podemos despedirlos. Dejemos pues de quejarnos y procedamos, no hay otro camino…
Blog: http://ticsddhh.blogspot.com/
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
@laguana