Unos 3.000 policías reforzarán la seguridad en los alrededores del Congreso brasileño durante las sesiones que definirán si avanza el trámite para un eventual juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, informaron hoy fuentes oficiales.
EFE
Aunque ese será el número de agentes desplegados en la Explanada de los Ministerios, donde se sitúan todos los edificios del poder público en Brasilia, el teniente coronel Antonio Carlos Freitas, jefe de seguridad de la capital, explicó que “en total, habrá unos 10.000 hombres listos para actuar, en caso de necesidad”.
Las sesiones comenzarán este viernes y se prolongarán hasta el domingo, cuando los diputados decidirán si el trámite para un juicio político contra la presidenta llegará al Senado, que tendrá la última palabra en relación al proceso.
Las autoridades calculan que, durante esas sesiones, alrededor de 300.000 personas pueden llegar a concentrarse en la Explanada de los Ministerios, una amplia avenida con enormes jardines centrales, que para evitar eventuales desórdenes han sido divididos en dos por unas vallas de casi un kilómetro de extensión y dos metros de alto.
La intención es que a un lado de esas vallas se ubiquen aquellos manifestantes que apoyan el juicio contra Rousseff y del otro los que defienden a la mandataria.
“La operación de seguridad ha sido pensada para evitar que esos dos grupos se encuentren en el camino o en el propio lugar en que esperarán el resultado de la votación”, explicó Freitas.
También aseguró que todas las personas que se acerquen a la Explanada de los Ministerios serán objeto de rigurosas revisiones y que será impedido que porten objetos cortantes u otros que puedan servir para agredir.
“Solo serán permitidas banderas, pero sin mástiles ni ningún tipo de soporte”, indicó el jefe policial.
Para que el proceso avance hasta el Senado, la oposición necesita reunir una mayoría calificada de dos tercios (342 de los 513 votos posibles) en la Cámara baja.
En caso de que el proceso prosiga, en un plazo aún no definido pero que puede ser de unos quince días, los 81 miembros del Senado decidirán, por mayoría simple, si efectivamente será iniciado el juicio político contra la mandataria.
Si así fuera, Rousseff se tendría que separar del cargo durante los 180 días que tendrá el Senado para realizar el juicio y en ese período debería ser sustituida por el vicepresidente Michel Temer, quien completaría el mandato que vence el 1 de enero de 2019 si la mandataria perdiera el cargo.