Un hombre joven está tirado en la calle, mientras otro está sobre él dándole puñetazos y patadas y a su alrededor una docena más, entre ellas varias mujeres, presencian el hecho sin impedirlo. Por el contrario la mayoría alientan la golpiza gritando: “Hay que joderlo, para que deje de robar y malandros (delincuentes como él) aprendan que la gente se cansó de ellos”.
El hecho, ocurrido a principios de año en la céntrica Plaza Caracas, a escasos metros del Palacio presidencial de Miraflores; de los tribunales penales de la capital, del Consejo Nacional Electoral (CNE) y de la Asamblea Nacional, ocurrió a plena luz del día e incluso quedó registrado en video y se puede ver en Youtube.com, pero no es el único. En lo que va del año se han registrado 26 linchamientos contra presuntos criminales por parte de pobladas en la capital y muchos de ellos han sido fotografiados o grabados y circulan libremente por Internet.
Para la directora del Comité de Familiares de Víctimas de los sucesos de 1989 (Cofavic), Liliana Ortega; el criminólogo Fermín Mármol García y el exjuez Jesús Ollarves estos hechos tienen un responsable: La impunidad reinante en el país.
“Esta expresión de violencia se debe a la desaparición del Estado”, afirmó la activista de Derechos Humanos, quien agregó: “La gente toma la justicia por sus propias manos porque no siente que haya respuesta de parte de las autoridades. Cuando le preguntas a quienes han participado en linchamientos o a los que los han presenciado sin hacer nada el por qué te dicen: Porque cuando la policía detiene a los delincuentes a los dos días están libres o porque los fiscales y jueces no investigan ni castigan a nadie”.
Sociedad primitiva
Mármol García, por su parte, no dudó en aseverar que esta situación revela el “grado de primitivismo al que ha retrocedido la sociedad venezolana” bajo la Revolución chavista, la cual incapaz de atacar el problema de la criminalidad de manera correcta y eficiente a través de las instancias especializadas (policías, Fiscalía y tribunales) abre las puertas a “válvulas de escape” como esta. En la misma dirección se pronunció Ollarves, quien dijo: “La gente busca, de manera desproporcionada, la justicia que el Estado le niega”.
En Venezuela de cada 100 denuncias de delitos comunes que recibe el Ministerio Público, apenas 6% terminan llegando a manos de un juez, según las cifras que ese organismo ha publicado en los últimos años.
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