Rescate de víctimas, una tarea de técnica y temple envuelta de emotividad

Rescate de víctimas, una tarea de técnica y temple envuelta de emotividad

Rescuers remove a corpse from the rubble in Manta, Ecuador on April 19, 2016, two days after the 7.8-magnitude quake that struck the region. Rescuers and desperate families clawed through the rubble Monday to pull out survivors of an earthquake that killed at least 413 people and destroyed towns in a tourist region of Ecuador. / AFP PHOTO / LUIS ACOSTA
 AFP PHOTO / LUIS ACOSTA

Rescatar una víctima en una zona de desastre, como la del terremoto en Ecuador, es una tarea que requiere de conocimiento, técnica, experiencia y temple, pero que no escapa a las emociones de tristeza y alegría. EFE.

Ese es el criterio de Gabriel Conde, bombero de la ciudad de Patate, en el centro andino de Ecuador, que ha sido desplazado a Pedernales, una de las localidades más afectadas por el terremoto que asoló el sábado pasado al norte de la costa ecuatoriana.

Gabriel, de 34 años de edad y con 16 en el mundo del rescate, es un “comando Usar” (Urban search and rescue), especialista en rescate urbano con certificación internacional “Insarag”, el máximo organismo en la materia.





Él, junto a otros 40 bomberos rescatistas de las ciudades ecuatorianas de Quito y Cayambe, y de la colombiana Pasto, ha sido delegado para la tarea en lo que fue el Hotel Royal, de Pedernales, que se vino abajo con el terremoto y donde se cree que hay unas diez personas atrapadas.

Ese hotel era de cinco pisos, ahora apilados en un amasijo de escombros sobre el cual los rescatistas desarrollan su tarea por fases, para reducir el riesgo.

“Herramientas y accesorios de alto nivel” en una primera etapa son usados en el despeje de escombros y ya avanzada la tarea es posible acudir a maquinaria pesada, relata Gabriel, que está convencido de que este oficio no se sustenta sobre la voluntad de las personas, sino en el conocimiento y la experiencia.

Entre los elementos que se utilizan están los perros adiestrados, que en el caso del Hotel Royal “han marcado unos cuatro puntos”, donde se presume hay cadáveres, relató.

Además, se ha percibido “olores fuertes que se van acercando” y que indican que la ruta prevista por el equipo de rescate es la correcta, añade.

“El rescate en estructuras colapsadas es la tarea más difícil que existe, por el peligro de deslizamientos, de movimiento de placas y de las réplicas sísmicas que siguen” presentes en Pedernales, añadió el bombero.

Asegura que ha participado en acciones en el exterior, en Perú y en Colombia, pero comentó que una tragedia es siempre algo nuevo donde se aprende y se identifican dificultades que se pueden presentar en otros eventos.

Por ello, Gabriel reclama un organismo que regule este tipo de labores y que coordine a todos los rescatistas del país.

Y es que cuando uno se alista para esta labor, se requiere de una serie de factores.

Un rescatista Usar, anota, debe tener una “autonomía de 18 días, entonces se requiere de toda una logística y una organización para ejecutar la tarea”.

El equipo de rescate debe tener su médico, paramédico, un especialista en asistencia psicológica y hasta un cocinero, agrega y apunta que el factor psicológico es clave.

“El hecho de estar en un sitio de desastre es estresante para cualquier persona y, rescatar con vida o sin ella a una víctima, lo es más”, explicó.

Además, “lo más difícil para un rescatista es el post-desastre, porque cuando estamos en el sitio del desastre no podemos reprimir las emociones”, comenta.

El llanto “viene luego, cuando uno se desmoviliza y se regresa al hogar, ese es el momento más difícil emocionalmente”, apostilló.

Para Gabriel, en la tarea de rescate, “la situación más dura es la gente desesperada que nos pide, nos ruega que rescatemos” a un familiar atrapado.

“El shock de la gente es así, a veces no acepta la pérdida de un ser querido y nos pide que lo rescatemos”, pero esa posibilidad debe ser evaluada, “pues podría ponerse en riesgo la vida de los propios rescatistas”, sostuvo.

“Los familiares a veces intentan colaborar en el despeje de escombros, pero eso puede ser muy peligroso”, señaló al relatar que ello ocurrió en Pedernales en los primeros momentos.

“Nosotros no venimos a ser una víctima más, no venimos a provocar otras víctima, venimos a ayudar a la gente” con lo mejor que se tenga a disposición, agregó.

Él y sus compañeros de casaca permanecerán “el tiempo que sea necesario” en Pedernales o donde les asignen, sin reclamar a cambio un premio, porque afirma tajante: “Este es nuestro trabajo”.