Declaración Política del Movimiento “De Frente con Venezuela”

Declaración Política del Movimiento “De Frente con Venezuela”

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El Movimiento “De Frente con Venezuela”, emitió una declaración sobre la situación política que actualmente vive Venezuela.

En el texto, se refirieron también sobre la importancia de la existencia de organizaciones políticas, que a su juicio hoy se encuentran restringidas sólo a la MUD y el PSUV.





A continuación el texto completo de la declaración:

La grave crisis venezolana es estructural, esférica y evidente. Estructural por corresponder al inconmovible modelo exportador de materia prima, agravado hasta la saciedad por el régimen gobernante. Esférica porque es crisis desde cualquier ángulo que se contemple. Evidente porque no requiere demostración.

Si las políticas que se presentan para enfrentar tal crisis son las mismas que condujeron a ella, con variantes en la distribución social de la renta petrolera y de supuesta eficiencia administrativa, el resultado será el mismo: la dependencia y subsidiaridad del país, con oscilaciones críticas de acuerdo a los precios internacionales de nuestro petróleo y otras materias primas.

Las direcciones de los polos que aspiran al monopolio de la conducción política del país ocultan esta verdad palmaria al resto de los venezolanos. Apenas presentan difusos recetarios para superar la coyuntura y concentran sus esfuerzos, inconducentes por demás, en la canibalización política del adversario y, de no lograrse, en el mantenimiento de la polarización de la que se alimentan unos y otros.

En estas condiciones hay que abrir el juego, no sólo en nombre del perfeccionamiento democrático, sino por la absoluta necesidad de buscar salidas nacionales más allá de la limitada visión de las actuales jefaturas políticas de ambos polos. Hasta ahora, esas direcciones de parte y parte, han creado una situación dónde sólo ellas, PSUV y MUD, existen como organizaciones facultadas por toda la ley para hacer política, con exclusión de todos los demás, incluyendo aliados y constituyentes, sin mencionar la reiterada imposibilidad de creación de nuevas organizaciones políticas de cualquier signo.

Nuestra lucha política, en este momento, debe ser por el expedito reconocimiento, con el mínimo de requisitos y entorpecimientos, de todas las fuerzas que aspiren a una personalidad partidista propia y válida legalmente, independientemente de la línea que propugnen y de las alianzas de las que algunas puedan formar parte. No sólo con vista a las elecciones estatales, que aparecen como el escenario más probable en el futuro inmediato, sino para propiciar la diversidad política que pueda acometer la complejidad contemporánea, sacándonos del marasmo de la polarización.

Sin embargo, el reconocimiento legal de otras organizaciones diferentes al PSUV y la MUD es condición necesaria, más no suficiente. Debe, también, transformarse estructuralmente y a la brevedad posible, la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE), de manera tal que se adapte a la Constitución, reconociendo la proporcionalidad entre votos obtenidos y cargos en los cuerpos colegiados nacionales, regionales y municipales. Para mayorías y minorías.

Con esta política del reconocimiento del conjunto de las fuerzas políticas y de proporcionalidad en la distribución de los representantes en cuerpos colegiados, es que podrá impulsarse cualquier otra política distanciada de las explícitas e implícitas en la actuación de las camarillas dominantes en la polarización. Nuestra política, clarísima, explícita hace tiempo e inexistente en las orientaciones de las direcciones del PSUV y la MUD, es el llamado a un imprescindible Acuerdo Nacional de toda la sociedad venezolana: participativo, abierto y sin exclusiones.

Allí podríamos aportar no sólo nuestro punto de vista para enfrentar la grave situación actual del país, sino toda nuestra riqueza programática para superar las condiciones estructurales que nos trajeron hasta aquí. Con elementos y propuestas referentes a la defensa de la soberanía e integridad territorial, el control constitucional y soberano de las inversiones extranjeras, el rescate de la inmunidad de jurisdicción del estado venezolano, el despliegue de la industria petrolera aguas arriba y aguas abajo, para agregar valor a sus actividades; el desarrollo científico y tecnológico, la educación generalizada de calidad, los mejores servicios para las mayorías nacionales, la promoción del empleo formal calificado y socialmente protegido, la construcción de infraestructuras territoriales modernas y ciudades concentradoras de servicios contemporáneos apropiados, la consecución de fuerzas armadas y servicios de seguridad avanzados y relativamente autónomos, las relaciones internacionales beneficiosas a la independencia y desarrollo nacional, entre otros aspectos.