Los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, se preparan hoy para celebrar el quinto aniversario de su matrimonio, un lustro en el que su sólida relación ha sido retratada por los medios de comunicación de todo el mundo.
A su entrañable imagen de enamorados, con muestras de afecto en diversos rincones a los que han viajado juntos, se ha sumado el nacimiento de los príncipes Jorge y Carlota, con los que celebrarán mañana en familia esta fecha tan significativa.
Un 29 de abril de 2011 la pareja se dio el “sí quiero” en la Abadía de Westminster en Londres, donde sellaron el amor que se profesan y que tantas páginas ha ocupado en las revistas.
El palacio de Kensington, el hogar de los duques en la capital del Reino Unido, afirmó que no se llevará a cabo mañana ninguna conmemoración especial, ya que Guillermo y Catalina, de 33 y 34 años, pasarán el día junto a sus hijos, de los que recientemente se han separado debido a un viaje oficial a India y Bután.
Como marca la tradición, el regalo típico en un quinto aniversario de bodas es la madera pero, sin embargo, el nieto de la reina Isabel II ha agasajado a su esposa con diversas joyas que ha lucido en los últimos días, según los medios británicos.
Tras su boda, que acaparó portadas e informativos de todo el mundo, la popularidad de la pareja se consolidó con el nacimiento del que podría ser en el futuro rey del Reino Unido, el príncipe Jorge, tercero en la línea de sucesión tras su padre y su abuelo el príncipe de Gales.
El pequeño, que cumplirá tres años el 22 de julio, encontró una compañera de juegos el 2 de mayo del año pasado, cuando Catalina dio a luz a la princesa Carlota, con la que se amplió la familia, que reside en una mansión de diez dormitorios en Norkfolk (este de Inglaterra), un regalo de la reina.
Los comentaristas reales dan por hecho que la descendencia de la Casa Real británica se ampliará con la llegada de un tercer vástago de los duques de Cambridge.
Los mismos expertos, que han seguido a la pareja de cerca los últimos años, apuntaron que durante sus últimos viajes se mostraron muy enamorados y muy felices de disfrutar de su mutua compañía.
Hace menos de dos semanas, ambos se dejaron fotografiar en frente del Taj Majal (India), justo en el mismo punto en el que 24 años atrás, en 1992, Diana, la princesa de Gales, se retrató sola sin su marido, el príncipe Carlos, cuando su ruptura era un hecho evidente.
La sociedad británica tomó esta imagen como un gesto de afecto y un homenaje de Guillermo a su madre, dado que la fallecida Diana sentía una conexión especial con el conocido como “el monumento del amor”.
Tras una infancia en un entorno familiar difícil, por la separación de sus padres y la atención constante de la prensa, el duque de Cambridge ha encontrado la estabilidad en la que fuera su compañera de piso en la universidad Saint Andrews (Escocia), hecho que festejan los ciudadanos del Reino Unido.
En 2003, el príncipe Guillermo y una estudiante de historia del arte que respondía al nombre de Kate Middelton iniciaron una relación, cuyo culmen llegó en 2010, después de ocho años de noviazgo, cuando le propuso matrimonio durante un viaje a Kenia.
Desde entonces, Catalina se ha adaptado con un sobresaliente a sus deberes como parte de la Casa Real, entre los que se incluyen viajes internacionales y discursos.
Para la experta en monarquía británica y jefa de redacción de la revista “Majesty”, Ingrid Seward, la duquesa “se ha integrado perfectamente” en su nuevo escenario gracias a la ayuda de “su guía y mejor amigo”, su marido.
“No ha cometido ningún error y eso es algo extraordinario, cuando te das cuenta de que ese mundo debe ser difícil para ella. Siente una gran responsabilidad sobre sus hombros y le asusta mucho hacer algo mal”, explicó.
En cinco años de matrimonio, los duques se han caracterizado por sus espontáneas muestras de afecto tanto en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012 y en el estreno de la nueva película de James Bond en 2015, como delante de la reina Isabel II, que ha supuesto para Catalina una poderosa influencia femenina, según subrayó su propio esposo.
EFE