Definida por la Real Academia Española como artimaña y engaño, la palabra trácala de probable origen mexicano, es muy conocida y popularizada en Venezuela también como sinónimo de ardid, fraude y trampa; y podemos recordar incluso una divertida película filmada en este país por los años 70, bajo la dirección de Alfredo Lugo, protagonizada por Elluz Peraza, Orlando Urdaneta y Toco Gómez, titulada precisamente Los Tracaleros, quienes representaban a truhanes cuyos diálogos estaban cargados de gran comicidad y basada en hechos de la vida cotidiana. Pues bien, podemos considerar que es la actitud permanentemente sostenida por los principales actores del actual régimen, con pretendidas expresiones de jocosidad de increíble ausencia de ingenio que solo a sus allegados hacen reír, con el propósito de mantenerse a perpetuidad en el poder, en detrimento de la inmensa mayoría de los venezolanos con plena conciencia de la terrible tragedia que hoy nos afecta a todos.
Porque si repasamos someramente lo que ha sido la historia de la actuación de los personajes del régimen que asumieron la conducción del país desde hace 17 años, nos encontramos con los resaltantes siguientes hechos, entre otros:
En primer lugar, con la expropiación de empresas y fundos productivos, amparada en la promesa sin base de aumentar la oferta de bienes y servicios, además de ilegal a la luz del ordenamiento jurídico venezolano, se incurrió en actos de auténtico robo a sus propietarios, tal como le fue restregado en su oportunidad y propia cara al Presidente Chávez en la sede de la Asamblea Legislativa por la entonces diputada María Corina Machado.
Tiempo después el proceso que culminó con el fallecimiento de Chávez, fue exactamente un auténtico fraude a la nación, a la que se le mintió en todo momento sobre la salud del mandatario, hasta que fue inevitable ocultarlo. Son imborrables para el venezolano consciente de la calaña de gobernantes que soportamos, los rostros y palabras engañosas de los voceros gubernamentales para justificar la prolongada ausencia del jefe del Estado de sus responsabilidades; para culminar su acción criminal con la convocatoria a una muy costosa campaña electoral con un candidato presidencial que se sabía en fase terminal de vida.
Existen muy serias dudas aún, sobre los verdaderos resultados del proceso electoral que culminó con la designación por parte del CNE de Nicolás Maduro como Presidente de la República; pues el margen de votos con el candidato Henrique Capriles ameritaba una auditoría minuciosa del proceso y esto no fue atendido por el organismo electoral atendiendo a la decisión de quien en ese momento ejercía el alto cargo, es decir, por el propio Maudro.
Fue tracalera igualmente la actuación de la Asamblea Legislativa presidida por el capitán Cabello, al eliminar de una manera evidentemente cómplice las interpelaciones a funcionarios vinculados a irregularidades denunciadas por sectores de la oposición, especialmente relacionadas con el otorgamiento de divisas y la compra de alimentos. Además de las multimillonarias compra en dólares de alimentos y medicinas que llegaron a pudrirse, así como de supuestas importaciones que nunca aparecieron, resulta reveladora, por otra parte, la compra con sobreprecio de alimentos al exterior, donde se llegó incluso a denunciar de su involucramiento a una hija de Chávez a la cual, lejos de aclarar su situación, se le brindó protección con una designación como diplomática sin cumplir con los requisitos básicos para el ejercicio del cargo que ocupa nada menos que ante la ONU.
La excusa de la guerra económica que el mismo régimen se ha inventado le ha servido para enriquecer aun más a la gente de su entorno con la compra de productos al exterior, así como la intervención de empresas nacionales productoras y comercializadoras de alimentos y medicinas, mientras a la población se le somete a la cruel falta y carestía de estos bienes de consumo masivo vitales para su existencia.
Pero no contentos con el cúmulo de procedimientos permitidos, especialmente por la anterior Asamblea que cerró su ciclo con una evidentemente ilegal designación de nuevos integrantes del Tribunal Supremo de Justicia de clara vinculación política con el régimen, las nuevas acciones del chavomadurismo fortalecen de una manera arbitraria su permanencia en el poder; con unos poderes de la institucionalidad del país convertidos, como jamás en la historia democrática de la nación, en simples dependencias destinadas al único fin de garantizar la permanencia en el poder de quien no lo merece por incapacidad y falta de formación para ejercer el alto cargo.
La excusa de El Niño como pretexto para apagar las luces del país, junto con el ya desgastado ritornello del “golpe en desarrollo”, constituyen la expresión de una auténtica tracalería; en el primero, para prolongar el lapso de concreción del proceso para el revocatorio en manos del CNE; y en el segundo de desviar la atención en relación con los problemas que acaparan la preocupación generalizada de la población, ante las ausencias y carencias que sufrimos todos los venezolanos. El golpe, ciertamente está en desarrollo, si golpe llamamos la acción emprendida por los partidos de la Unidad que en solo dos días han logrado recabar cinco veces más las primeras firmas exigidas inconstitucionalmente por el CNE para activar el revocatorio presidencial.
Pero frente a toda esta situación, no habrá poder posible para frenar la voluntad de un pueblo que ya comenzó a expresar su voluntad de expulsar de Miraflores a quienes les ha quedado excesivamente grande, el “flux” que han logrado confeccionar para atornillarse en el poder. En nuestras manos está la suerte de Venezuela: TODOS A RATIFICAR CON NUESTRAS FIRMAS EL GOLPE CONSTITUCIONAL DE TIMÓN YA EMPRENDIDO.
@JJMorenoA