La consigna, esta vez, fue otra. Anteriormente imperaba el yo. O el nosotros, los de este grupo, en todo caso. Pero el asunto ahora fue colectivo. Amplio. Nacional. Pues los trabajadores de Ciudad Guayana, este 1 de mayo, no caminaron por sus reivindicaciones contractuales o para reclamar pagos, sino para exigir un país mejor, publica Correo del Caroní.
O un país, en todo caso. Con todo lo que conlleva.
Esa fue la consigna del recorrido que, durante hora y media, a partir de las 10 de la mañana, atravesó una parte de Unare, todo bajo la lluvia y con el canto inicial de Yordano en Por estas calles. El sentido se concretó en una frase: salvemos a Guayana.
“Quebraron las empresas, quebraron el aparato productivo, por eso estamos hoy aquí”, dijo, desde el micrófono, uno de los organizadores principales de la marcha, el alcasiano Dennys Sucre.
En el plano más amplio, los participantes cuestionaron los métodos para el ajuste del salario mínimo. ¿Y cuál es el método? La mezcla de lo inconsulto y de lo unilateral, sin tomar en cuenta que no se consideró la pérdida del poder adquisitivo para decretarlo.
“Pero acá tenemos que recordar que también estamos en un reclamo por la seguridad y que exigimos que este gobierno termine. Para eso tenemos que agarrar la calle”, exclamó el sidorista Carlos Ramírez.
Confluencia
Partidos, sociedad civil y sindicatos se entremezclaron en la marcha. Y aunque una que otra vez fueron necesarios los regaños (“por favor, le pedimos a los amigos de la Causa R: detrás de la bandera”, o “al equipo de Jorge Carvajal le recordamos que esto no es para consignas a favor de los candidatos”), el entendimiento prevaleció durante la actividad.
Nombres como José Prat, Andrés Velásquez, el alcalde de El Hatillo, David Smolansky, Jorge Carvajal, Francisco Sucre, Raiza Ochoa o Rachid Yasbek; y organizaciones como Mosbase, Sintraferrominera, Sintralcasa, Sutracarbonorca, Sutralum, Suprobaux, Colegio de Enfermeras y Sutiss se encontraron.
“Estamos ante una nueva fecha patria, ante un nuevo 19 de abril, porque hoy tenemos la unidad de los trabajadores y de los empresarios contra este inframundo en el que todo marcha mal. Es imposible pensar que un gobierno es inteligente si deja morir a la gente en los hospitales”, dijo el médico pediatra y activista gremial César Donmar.
La bulla no fue solo asunto de los marchantes. Desde las ventanas de los bloques de Unare, muchos acompañaron con cacerolas y consignas a la manifestación. La avenida Guarapiche fue el punto de retorno y, por cierto, el de intensificación de la lluvia.
“No le tengan miedo a la lluvia, porque más se pierde en las colas por comida. Tenemos que permanecer aquí, irreverentes ante el gobierno”, se dejó escuchar desde los altavoces. E, irreverentes, continuaron la marcha que terminó con un aguacero. La lucha, aseguraron, continúa.