El padre del opositor venezolano encarcelado Leopoldo López Mendoza, Leopoldo López Gil, reclamó hoy a Italia que “presione” al Gobierno de Venezuela para que este respete los derechos humanos y deje de “traicionar a la democracia”.
Para ello mantuvo un encuentro con un grupo de senadores italianos, que consideró “muy provechoso”, y mañana dijo que se reunirá con el secretario de Estado vaticano y exnuncio en Venezuela, Pietro Parolín, y tendrá la oportunidad de saludar al papa tras la audiencia general.
“Hemos venido a Italia a solicitar su apoyo para que haga presión sobre el Gobierno de Venezuela, para que se respeten los derechos humanos, se respeten la libertad y la justicia, se liberen los presos políticos y ciertamente se cumpla con los principios de la democracia”, señaló durante una conferencia en Roma.
Sobre su visita al Vaticano, dijo que su intención es pedir al papa “una vez más su intervención” en las disputas del país, aunque recordó que “ya ha pedido por carta a Venezuela que se comience un periodo de acercamiento de ambas partes mediante el diálogo”.
En el acto López Gil, que reside en España desde hace un año para huir de “la persecución” en su país, criticó al Gobierno de Nicolás Maduro que, a su juicio, “traiciona a la democracia”.
“Lo que se tiene hoy es una traición a la democracia. Cuando se elige un Parlamento y no se le respeta”, lamentó, antes de recordar el caso del alcalde de Caracas, Antonio Ledesma, detenido a pesar de haber sido elegido democráticamente por su condición de opositor.
“Eso en castellano se dice traición a la democracia. Es un Gobierno que traiciona a la democracia. Traiciona todos los principios de libertad y de justicia”, aseveró.
Durante su comparecencia explicó la situación de su hijo, recluido en una prisión militar y señaló que, a pesar de esa situación, “está física y mentalmente muy bien”.
“Mi hijo está en la prisión militar de Ramo Verde, a unos sesenta kilómetros de Caracas. Está físicamente bien, mentalmente muy bien, hace muchas lecturas, le permiten tener muy pocos libros, le restringen las comunicaciones, le han robado sus anotaciones”, dijo.
En cuando a la situación de su país, dijo que “Venezuela está en unas condiciones críticas” a pesar de “su potencial de riqueza enorme”, al contar con “las reservas de petróleo comprobadas más grande del mundo” pero que no se explotan por falta de infraestructuras e inversiones.
“El Gobierno que tenemos actualmente, que es un Gobierno que se distingue por su incapacidad y deshonestidad, se han robado el dinero de todas las compañías, incluidas las compañías de petróleo, y no pagan a los contratistas”, consideró.
Asimismo denunció los datos de violencia y criminalidad en el país, que el año pasado según cifras oficiales registró 14.000 homicidios, pero que podrían al menos duplicarse porque, dijo, “más de un muerto no aparece” y no se contabilizan.
Culpó del auge de la criminalidad al Gobierno porque, en su opinión, “entregó armas para su protección a unas bandas organizadas que se llamaron ‘los colectivos’ o ‘camisas rojas’ que tienen millones y millones de armas”.
“Lógicamente como no son gente disciplinada ni pertenecen a ninguna agrupación disciplinada, salen a robar, a quitarle el reloj que le gusta, el móvil que le gusta, los zapatos que le gustan o, ahora, la comida que necesitan”, insistió.
También se refirió a “la falta de libertad de expresión” en Venezuela, donde “hay una máscara de democracia y una cierta idea de que hay libertad pero que no es así”, señaló, al tiempo que mencionó el desabastecimiento de papel para la prensa y el monopolio del Gobierno, que ha llevado a la desaparición de diarios opositores. EFE