Si la obnubilación ideológica no llevara hasta los extremos el sectarismo, estoy seguro de que estos diputados aceptarían la tesis según la cual: el partido oficialista es una entidad, otra debe serla el gobierno y el Estado debiera ser otra diferente. Claro está que, ellos han desarrollado un “pasticho” supra institucional, donde se difuminan las fronteras entre estas tres entidades y según su criterio, no es descabellado pensar que los funcionarios públicos no pertenecen al Estado, sino que, por el contrario, son empleados directos del gobierno y, por su analogía, militantes directos del Psuv, por lo tanto, deberían estar sometidos a la disciplina revolucionaria.
Estas conductas antidemocráticas no solo se manifiestan entre los partidarios del gobierno, la oposición también tiene sus deslices. Para graficar esto, les contaré una anécdota. Corría el año 2004, estaba en proceso el Revocatorio contra Chávez, un amigo y yo, ambos dirigentes empresariales, nos reunimos con uno de los más connotados líderes de la oposición, para aquel entonces, con la finalidad de discutir lo que cada sector estaba haciendo. Nos preguntó si nosotros íbamos a forzar a nuestros empleados a firmar. Se mostró desconcertado cuando le dijimos que esa era una decisión soberana y que no íbamos a influir en ella. Coléricamente señaló que en su gobernación tenía 11 mil empleados y aquel que no firmara sería despedido.
Estas conductas autoritarias, dado que están presentes en todos los sectores, se podría pensar que son: caracteres heredados de nuestros ancestros,, factores transmitidos por el agua que bebemos o partículas transmitidas por el aire que respiramos, en fin, muchas veces los dirigentes políticos, damos paso a nuestros instintos, olvidando que el pueblo espera: la resolución de sus problemas mas urgentes y el respeto de las reglas democráticas por parte de todos.
*Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv