“Nicolás Maduro no da pie con bolas. Comenzando enero nombró un “nuevo” gabinete económico que incluyó la creación de cinco nuevas carteras, aprobó un Decreto de Emergencia Económica que jamás justificó y que pese a ser rechazado por la Asamblea Nacional, fue autorizado y luego prorrogado por los magistrados chimbos del Tribunal Supremo de Justicia y cuatro meses después Venezuela está sumida en su peor crisis con niveles alarmantes de inflación, escasez, desabastecimiento, desempleo, corrupción, violencia criminal y devaluación. En dos palabras “está raspado” y sin derecho a reparación”.
Estas palabras fueron ofrecidas por la diputada al Consejo Legislativo del estado Aragua (Clea) Betsy Bustos, tras ser consultada en torno al finiquito del Decreto de Emergencia Económica que Maduro vendió al país como la panacea para acabar con todos los problemas generados por su imaginaria “guerra económica”.
La parlamentaria manifestó que el Decreto de Emergencia Económica no pudo arrojar resultados efectivos por cuanto se mantuvieron las mismas políticas adoptadas por el Ejecutivo desde hace tres años. “Este es un modelo fracasado, inviable, así de simple, este socialismo del siglo XXI no funciona aquí ni en China ni en Rusia ni en Cuba, porque estos modelos populistas se mantienen mientras haya quien los financie y desde hace dos años los precios del petróleo han caído de manera vertiginosa, así que se torna imposible sostenerlo”.
La también dirigente regional de Primero Justicia está consciente de que aquellas tormentas trajeron estos lodos y que Maduro y su camarilla solo quieren permanecer en el poder por el poder y para terminar de “raspar la olla”. Tras cuatro meses del Decreto de Emergencia, la crisis ha alcanzado panoramas insospechados.
“Este señor que se hace llamar Presidente de la República vive en una burbuja. Como no sale de Miraflores no ve las colas que se hacen a diario, las 24 horas, frente a establecimientos comerciales y farmacias; imagino que él no sabe de escasez porque la Primera Combatiente debe mandar a funcionarios allegados en aviones oficiales a las islas vecinas para apertrecharse de lo que no se consigue aquí; tampoco padece la violencia criminal por cuanto tiene a disposición decenas de escoltas y guardaespaldas que le evitarán un quieto para arrebatarle su costoso Rolex y con él la vida; y si sufre alguna dolencia pues precisamente no acudirá al Hospital Central de Maracay, a un módulo de Barrio Adentro o a un CDI para recibir atención médica”.
Bustos dice no entender ese “doble mensaje” que lanza Maduro todos los días. Por un lado asegura (y así lo hacen ver todos los medios oficiales adscritos al Sistema Nacional de Medios Públicos) que Venezuela es el país de las maravillas, donde hay de todo, no escasea nada y los 30 millones de habitantes son extremadamente felices, y por otro lado quiere vender una novela de guerra económica, magnicidios, golpes de Estado e intervencionismo que contrarían la primera versión.
“Imagínate qué puede pasar por la mente de una ama de casa que a diario tiene que bregar en la calle para conseguir el sustento de sus hijos, que pasa horas y horas haciendo colas para muchas veces no encontrar un solo producto regulado, que debe ruletear a un ser querido de un hospital a otro porque no hay medicamentos, insumos o en el peor de los casos médicos que lo atiendan, que no verá de regreso a su esposo o a sus hijos porque una bala perdida le arrebató la vida, y por otro lado, ve el canal de “todos los venezolanos” y escucha a funcionarios del gobierno diciendo que todo está bien, que aquí todo el mundo está gordo porque come tres veces al día, que en Venezuela hay comida suficiente para alimentar a tres países, que las medicinas abundan al punto de que podemos exportarlas, que no hay inseguridad sino que es una simple percepción creada por los medios de comunicación, en fin, que escucha las sandeces de estos sujetos que están ocupando cargos de gobierno”.
No duda en señalar que esa mujer, ama de casa, trabajadora, hija, hermana, madre debe sentir frustración, rabia, impotencia, desesperanza, humillación y hasta depresión.
Gobierno incompetente
La dirigente regional de Primero Justicia agregó que no se justificó, desde punto de vista alguno, el Decreto de Emergencia. Las medidas para enfrentar este caos económico se pudieron adoptar sin necesidad de Decretos ni de Leyes Habilitantes.
“El decreto no atacó la principal causa de la escasez, el desabastecimiento y la inflación: la ausencia casi absoluta de producción nacional Si no producimos lo que comemos no vamos a salir de este grave problema en que nos tienen metido Maduro y su combo. Ya estamos viendo expresiones de violencia de grupos que saquean comercios, camiones y galpones por doquier sin saber si lo que están arrebatando es apto para el consumo humano. Vean como hoy saquearon el Mercado Mayorista aquí en Aragua. Hay hambre en las calles, señores, hay hambre y miseria y este gobierno de pacotilla solo gasta los recursos de todos los venezolanos en comprar armamento de guerra y en mantener a los chulos de Cuba”.
Las medidas que Bustos propone para comenzar a salir de la crisis que, dijo, “ningún funcionario gubernamental ha adoptado porque no tienen dos dedos de frente”, son simples: aprobar la unificación cambiaria, eliminar los controles, dejar de emitir dinero inorgánico a diestro y siniestro, parar el endeudamiento interno y externo, dejar de regalar nuestros recursos a naciones chulas como Cuba, priorizar la producción nacional sobre las importaciones, establecer una disciplina fiscal férrea, cesar las expropiaciones y confiscaciones y combatir la corrupción administrativa.
El decreto de Emergencia Económica que entró en vigencia el 15 de enero y fue prorrogado posteriormente, facultó al Ejecutivo a “adoptar medidas necesarias para asegurar el acceso oportuno a la población a alimentos y medicinas y de más bienes de primera necesidad y el disfrute pleno de todos sus derechos…”, pero ninguna de estas palabras se tradujo en beneficios para el país.
“¿Ese decreto mejoró la producción nacional? ¿Acabó con la escasez y el desabastecimiento? ¿Controló la inflación? ¿Detuvo la devaluación sostenida del bolívar? ¿Generó empleos? ¿Pagó la deuda externa de Venezuela? ¿Metió preso a los boliburgueses que se robaron los reales de todos los venezolanos? Ustedes tienen la respuesta. Hoy los venezolanos tienen menos acceso a bienes de consumo y hay menos puestos de trabajo porque de enero hasta la fecha cientos de empresa han tenido que bajar sus Santamaría. Un país que no produce está condenado al fracaso, a la miseria, a la hambruna. Por estas razones es que debemos revocar a estos seres inescrupulosos, nefastos, perversos, enfermos de poder que no dieron la talla”, concluyó.