Pues bien, hemos venido advirtiendo que cada vez el mecate del descontento está más delgado y esto podría generar un estallido social de magnitudes incalculables que por supuesto no le interesa ni al gobierno ni a la unidad democrática, porque los grandes perdedores de este enfrentamiento que se podría estar gestando desde el partido oficialista, sería el pueblo en su totalidad, sin distingo de credo, de ideología política o de estatus económico, porque tenemos a la gente en la calle desesperada y arrecha porque hacen largas colas bajo la inclemencia del sol y la lluvia y cuando les toca el turno, ya no queda nada, porque las mafias, los bachaqueros y gorgojos, han acabado con todo.
Maduro en lo único que sabe hacer, en una cadena obligada en los medios de comunicación, ha dicho que el escucha las quejas y reclamos provengan de donde provengan, pero eso no es cierto; al estilo más populista y ramplón quiere hacerse pasar como la víctima, evadiendo su gran responsabilidad histórica y el crimen de lesa humanidad al someter a todo una nación a morir de hambre y de mengua. No obstante, el pueblo se pronunció el pasado 6 de diciembre y exigió cambio en la conducción política del país, y en días recientes y en tiempo récord, logramos recabar más de dos millones y medio de firmas requeridas para activar el referéndum para revocarlo del cargo de presidente de la República. Ahora de la manera más cínica y dictatorial dice que ninguna estrategia para revocarlo tiene viabilidad política.
Yo le digo a este nefasto personaje proveniente de la calaña más baja, que no se confíe de su buena suerte ni del carácter pacífico y democrático del pueblo venezolano, porque históricamente hemos librado las batallas más definitivas para imponer la democracia en nuestra región, y no nos temblará el pulso ni las ganas para defender lo que por derecho nos corresponde que no es otra cosa que vivir en democracia, libertad y con todas nuestras necesidades cubiertas, no producto de una regalía ni de una bolsa de comida, sino porque es un derecho a la vida consagrado en nuestra Carta Magna.
Afine el oído Nicolás Maduro para que escuche el ronquido de los estómagos hambrientos de nuestro pueblo, a quienes usted los está obligando a salir a las calles a buscar y rebuscarse lo que consigan para apaciguar el hambre de sus familias. No crea que el pueblo va a caer en su teoría de pan y circo que sólo trajo tragedias, miseria, hambre y ruina a nuestra Venezuela. No subestime a este noble pueblo con la guerra muerte que les ha declarado y le digo que más temprano que tarde el glorioso y bravo pueblo de Venezuela lo expulsará de la presidencia y con su salida daremos por concluidos el hambre, la escasez, el desabastecimiento, la inseguridad, la sequía, los racionamientos de agua y luz y todo lo nefasto que son sinónimos de usted y de su gobierno.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe