ALTO
¿NAUFRAGA PDVSA?:
No es solo inflación, escasez, recesión y violencia. Más grave aún, es también la única máquina locomotora que empuja toda nuestra economía. Es Pdvsa. El trabajo periodístico de investigación que publica esta semana el colega Víctor Salmerón, en el portal Prodavinci, no tiene una sola palabra de desperdicio. Pone en perspectiva la caída de los precios del petróleo a nivel mundial con la irrefutable realidad de la incompetencia de nuestra petrolera para extraer petróleo eficientemente. Relata Salmerón como todas las instancias internacionales -que hacen monitoreo de todos los países petroleros- están indicando cómo está en picada nuestra capacidad extractiva. En sus palabras, “a la fecha … un declive de 4,6% respecto al promedio de 2,65 registrado en 2015…”. Otra frase: “… la producción petrolera de todos los distritos disminuyó, incluida la Faja Petrolera del Orinoco, donde ésta aumentaba desde el primer trimestre de 2009…”. El problema mayor de PDVSA, la otrora más importante petrolera del mundo, es de caja, es de dólares efectivo. Presidente Maduro, y usted, ¿a qué se dedica? ¿qué va a hacer con esto? Prefiere pasar todo el día persiguiendo como apátridas al millón 200 mil venezolanos que firmaron a favor de realizar por la vía pacífica un revocatorio o tomar los urgentes correctivos que necesita Pdvsa? ¡Usted decide..!
#PANAMAPAPERS:
La mayoría, sino todos, de los venezolanos enchufados o partícipes del gran botín de la Tesorería Nacional, PDVSA, Banco Industrial, PDVAL, ministerios y otras fuentes de corrupción y nuevo riquismo están residenciados o tienen propiedades en La Romana, Casa de Campo y CapCana en República Dominicana. Recuerdo hace unos 10 años conocer en un evento benéfico a un agente de bienes raíces dominicano que se acercó a la mesa donde estábamos -y sin pudor alguno- haber espetado al grupo que allí aceptaban dinero proveniente de cualquier fuente pero que “únicamente” cuestionaban el lavado de dólares del narcotráfico, no así el de la corrupción tanto civil como militar proveniente de Venezuela. Tan vulgar e irrespetuoso fue su ofrecimiento que el anfitrión quiso que nos levantáramos de la mesa y saliéramos de la cena. Ya eran decenas los rojitos dueños de millonarias propiedades en el sitio. Hoy apellidos como González, Carruyo, Socorro, Farías, Morales, Mirabal, Díaz, Fernández, Yanes y otros disfrutan felices de sus muy fructíferos rojos negocios mientras el país no tiene medicinas ni alimentos…
MEDIO
OTRA CARTA:
Dirigida a Maduro. La escribe el cineasta Diego Rísquez tras someterse a una operación exitosa de un tumor cerebral. Con respeto y valentía pide al conductor del proceso un cambio urgente en el desempeño gubernamental tras 17 años en las mismas manos. El texto completo está en www.runrun.es. Copio algunos párrafos: “Sr. Presidente, el soberano puede dejar de comer una arepa un día, o dejar de tomar café, pero que el Estado no pueda garantizar la salud a sus ciudadanos es inadmisible. Señor Presidente, piense lo que significa para un ser humano perder a un padre, a un hijo, a un hermano. Yo soy de los que creen que hay que incluir a los excluidos. Incluir para mí significa que el Estado está obligado a garantizar a sus ciudadanos el derecho a la salud, la alimentación, la seguridad y la educación. Sr. Presidente, ¿sabe cuántas vidas se podrían salvar y cuántas medicinas podríamos comprar con el precio de un tanque de guerra, o esos aviones Sukhoi para una supuesta pelea contra el Imperio? Sr. Presidente, después de diecisiete años, es evidente que hay algo que se está haciendo mal. Ya que empezamos hablando de cine, quisiera confesarle que mis películas funcionan, no porque yo sea el mejor Director sino porque entiendo que el cine es un trabajo de equipo y siempre he tratado de rodearme de los mejores profesionales de este país. Sr. Presidente llegó la hora de cambiar a los actores. Busque en la Sociedad Civil a los posibles sustitutos y, para continuar hablando de cine, es muy importante también cambiar de vestuario: los uniformes tampoco han funcionado …