Si hemos dicho que la principal fuerza social de respaldo al gobierno, ya no los apoya, ¿Por qué siguen en el poder sus traidores? ¿Por qué a pesar de estar viviendo una de las peores crisis políticas, económicas y morales de nuestra historia contemporánea, no ha pasado nada que los detenga? ¿Por qué la oposición no ha tenido la fuerza o virtud para convocar al chavismo? El nivel de divorcio entre el gobierno con los simpatizantes del chavismo es análogo al que tienen los dirigentes de la MUD con los simpatizantes de la oposición, lo que ha derivado, en una realidad política que no se corresponde con los tiempos de la realidad económico-social y no es de extrañar, en efecto, los discursos de las conversaciones en colas para comprar comida, transporte público o hasta en encuentros entre amigos, ubican claramente los efectos de la crisis y vemos que muy poco se vendió el panfleto gobiernero de la guerra económica, hasta se ubica al responsable con nombre y apellido sin la intolerancia que hubiese caracterizado estas discusiones en otros momentos, es decir, los efectos en nuestros estómagos y en la pérdida del poder adquisitivo a partir de la crisis que estamos viviendo unifican (tendencialmente) nuestros criterios y cuando tropezamos con eventos como, por ejemplo (hipotético y entrecomillado) de guardias sacando a hurtadillas los productos regulados (productos realmente escasos) de un abasto, nuestra respuesta pudiera ser muy similar: una reacción condicionada por la indignación; pero en lo político, los tiempos no están respondiendo a la misma velocidad, aún no vemos espectaculares saltos de talanquera que den cuenta de un gobierno que va en retirada o de una oposición que ha arreciado en su avanzada, el carómetro de las horas previas a anunciar algún resultado electoral parece acompañar permanentemente a la censura de la mayoría de los medios de comunicación, pero, mientras la oposición y el gobierno no entiendan que estamos en un momento de pre cambio que genera movilidad política, los resultados de la crisis se pudieran agravar. Este pueblo no va a esperar a que los políticos se pongan de acuerdo y negocien la factibilidad de un eventual Referéndum Revocatorio.
La voluntad de cambio en el pueblo gira en función de una solución política a la crisis que estamos viviendo, pero ante las trabas del gobierno y torpezas de la oposición, el pueblo pudiera tomar justicia por cuenta propia y exigir, sin importar ningún Estado de Excepción, el desenlace electoral (Referéndum Revocatorio, Referendum Aprobatorio de una propuesta de enmienda, Convocatoria a una Asamblea Constituyente y hasta una posible Renuncia Presidencial) pero en el peor de los casos, pudiéramos no lograr el cambio, ya no solo de presidente, sino del modelo de gobierno, ese que sólo lograríamos cuando chavistas, opositores, blancos, amarillos, rojos, azules, verdes o cualquier posibilidad multicolor decidan deponer diferencias desde abajo y asumir un gobierno de corte, civil, no populista.
Ahora, regresando al título de estas líneas, “el chavismo ya no está en el gobierno”, también a ellos los traicionaron y dejaron solos, en la misma crisis que vivimos todos, entonces ¿Qué nos impide hablarles? después de todo, ellos garantizarán cualquier victoria de carácter constitucional, llego el momento de construir alternativas de: unidad, lucha y cambio.