Si bien estamos en el lapso en que todavía las expectativas sobre el VIH y el Sida eran de lucha, el tiempo de que se reduzca el número de nuevas infecciones por VIH y haya menos muertes por complicaciones asociadas al sida y enfermedades relacionadas pareciera extenderse, ya que cada vez las condiciones son más propensas para que se extienda la epidemia.
La meta de los Estados Miembros de las Naciones Unidas era poner fin al VIH para el año 2015, pero el haber postergado el diseño de políticas especificas en cada Nación de acuerdo sus realidades, no solo ha retrasado la formalidad del cumplimiento de compromisos sino lo que es peor, ha hecho que la infección por VIH aumente, que las enfermedades oportunistas sigan en ascenso al igual que la mortalidad por causas asociadas a la epidemia.
La consideración fue expuesta por Jhonatan Rodríguez, presidente de la Organización StopVIH, durante una entrevista radial, en la que como presidente de una ONG influyente se le consultó acerca del impacto que la crisis médica asistencial de Venezuela está teniendo en las personas que viven con VIH y sida.
Rodríguez destacó que luego del descubrimiento de los antirretrovirales se pensó que la epidemia tenía un punto de control, pero lo que no se esperaba la sociedad era que sus gobiernos desatenderían los programas de apoyo para estas personas destinando recursos insuficientes para el acceso a los medicamentos, y si lo que no querían era gastar más en salud, al menos debieron potenciar las estrategas de educación y prevención, que abandonaron completamente, como es el caso por ejemplo en Venezuela.
Circunscribiendo el grave asunto a Venezuela, el presidente de StopVIH, dio cuenta de la prohibición por la Zona Educativa de ingresar a las escuelas con programas especializados de educación sexual, la prolongada falla en la entrega de antirretrovirales, la fuerte escasez de medicamentos para atacar las enfermedades oportunistas, la falta de apoyo a las madres seropositivas, la inexistencia de leche maternizada para los bebés que nacen con VIH o de madres con VIH. “Todo esto tiene un solo nombre y es violación al derecho universal a la vida, violación al derecho constitucional de garantizar salud, y derecho a nacer en condiciones saludables, por lo que las decisiones no pueden seguir esperando, la urgencia es acelerar la respuesta”,
Rodríguez insiste que si las condiciones actuales para la atención del VIH y sida no cambian, la epidemia tiene las puertas abiertas para un repunte en los próximos años. Afirmó que las ONGs venezolanas han tendido puentes con las instituciones para alcanzar acuerdos, pero la tenacidad del Gobierno Nacional en asumir que cualquier ayuda demuestra debilidad política, no ha permitido avanzar.
En tal sentido, exhortó a las autoridades sanitarias nacionales y regionales a revisar el actual estado de situaciones, en el entendido que de su posición depende la vida de miles de personas y no solamente una gestión gubernamental, que no dudamos quiere ser lucida pero que solo garantizando la vida podrá alcanzar sus objetivos.