Como sociedad, no escuchamos en su momento las alertas y a pesar de la evidente censura, estas ahora nos aturden, tanto, que no termina de pasar nada, o por el contrario, pasa de todo pero seguimos aturdidos, entonces ¿Cuándo empezamos a acumular las alertas de cambio en los asuntos pendientes? ¿Por qué no pasó nada en su momento? Lamentablemente las respuestas a estas preguntas reposan en nuestra conciencia (individual) y ahora sí estamos obligados a recordar lo que estábamos haciendo; por ejemplo, mientras el entonces presidente Chávez expropiaba los edificios de la Plaza Bolívar (2010), o mientras Franklin Brito moría en una huelga de hambre (2010) a manos de un gobierno implacable pero también de una oposición que realmente lo abandonó en su lucha y mientras la prensa trató de exponer el caso de PUDREVAL (2010) ¿Qué estabas haciendo?. Te advierto que, haber luchado desde la oposición según los intereses de la “unidad” no nos exime de responsabilidad, tampoco lo hace, haber confiado en el discurso cegador del presidente y mucho menos, que evitaras participar en la política venezolana, lo cierto es que ahora nos enfrentamos TODOS a las consecuencias de priorizar unidades políticas sobre el diálogo entre ciudadanos y cuando vemos nuestra realidad a la luz de nuestra historia reciente, nos damos cuenta que todo cambió, sí, Venezuela cambió y nosotros cambiamos con ella, porque Venezuela somos nosotros; piensa, por ejemplo, en las navidades que nos tocó vivir este 2015 y compárala por un momento con aquella que seguramente disfrutaste en el 2010 y ahora reflexiona: tus amigos, tu familia, tu trabajo, las esperanzas, la comida ¿Cambió? Seguramente sí y si te pregunto ¿Cómo esperas que sean las navidades del 2016? Te apuesto que también cambiaste, tu pensamiento cambió.
Resulta que, a pesar de la crisis y a pesar de que cada uno de nosotros estamos absolutamente claros de quienes son los responsables, no estamos logrando el cambio que queremos, dejamos de asistir a los eventos que pudieran definir nuestra historia, cada vez somos más críticos, todo está en tela de juicio, incluso lo que podemos hacer para que todo cambie, no nos dejamos dirigir por esos líderes que salen corriendo en retirada al calor de la lucha que ellos mismos convocaron y ante la avanzada de las imposiciones del gobierno creemos que la lucha se debe transformar, pero… ¿Cómo? desde la MUD se nos pide una extraña paciencia que no termina de configurar una lucha real, nos convocan a marchar, pero no hacen ningún esfuerzo por protestar donde corresponde, quieren ver a policías, guardias nacionales y grupos armados tarifados por el gobierno desde la ingenuidad del discurso del pacifismo, lo que no quiere decir que la violencia política debe ser sometida a la legitimidad de la acción, pero, sí hay que asumir nuevas formas de luchas, creativas y legítimas, acercarnos como pueblo que transforma las colas en protestas, pasar de la lucha simbólica a la lucha real, lograr el cambio por una vía distinta a la burocrática, porque en esa, el gobierno tiene el poder para conducirnos hasta un callejón ciego de no retorno.
Para finalizar y en correspondencia con el título, respóndete ¿Qué parcialidad política te habla sin que cuestiones algo en su discurso? Por ejemplo ¿Crees que a estas alturas tiene alguna lógica, evitar participar en política, cual consigna de los otrora NINIS? ¿Crees fielmente, si fuera el caso, en el discurso ilusorio de la guerra económica? ¿Crees que la MUD está siendo absolutamente sincera con la convocatoria del Referéndum Revocatorio? También en estas preguntas, te apuesto a que no pudiste responder sin cuestionar, al menos en algo, al que emite el discurso, y si fue así, es un buen síntoma de una sociedad que empieza a preguntarse ¿Cómo lograr el cambio que queremos? Una sociedad en la que sus individuos, independientemente de la parcialidad política que respaldan, nos toca disentir. Sin embargo, los tiempos se acortan, seguro eres consciente de ello, por lo que nuestro desacuerdo no puede transformarse en inacción, los que disentimos no somos una minoría pero tampoco estamos asumiendo el liderazgo que nos corresponde, no podemos criticar al líder sin presionarlo a que corrija, no podemos dejar de colaborar con acciones y mucho menos podemos dedicarnos a criticar sin propuestas. Disentir sí, pero presionando para que se den los cambios que corresponden.