La presencia de efectivos de la Guardia Nacional en las calles no es algo novedoso para los venezolanos, pues a lo largo de los últimos años los uniformados han participado en innumerables planes de seguridad ciudadana.
Sin embargo, para cualquier extranjero que visite Caracas estos días, u otra ciudad, ver a militares, portando chalecos antibalas y fusiles en mano, no solo en las principales avenidas sino a las puertas de mercados, farmacias y otros comercios, debe dejarle claro que Venezuela está en una situación extraordinaria.
Aunque desde el 13 de mayo el país está bajo un estado de excepción, expertos y activistas de Derechos Humanos afirman que esta situación se viene produciendo desde mucho antes y es apenas uno de los signos del proceso de militarización que ha sufrido el país bajo el chavismo, al cual habría que sumar otros, también visibles, como el hecho de que la música que anuncia las transmisiones oficiales de radio y televisión, las inefables cadenas, ya no es el himno nacional sino “Patria querida”, una marcha marcial; o que 10 de los 32 ministros en funciones del Gobierno salieron de los cuarteles.
“Venezuela históricamente ha sido un país con un profundo culto militar. Desde pequeños nos hacen memorizar las batallas de la independencia y nos enseñan sobre la valentía y el desprendimiento de los próceres, todos militares, por lo que llevamos en el ADN cierto culto a lo militar, pero con (Hugo) Chávez esto se exacerbó, precisamente porque él salió de ese mundo”, afirmó Rafael Uzcátegui, coordinador del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (PROVEA).
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