Maduro resultó ser el presidente más hambreador que hemos conocido en la era republicana, a pesar de que esta revolución ha manejado 1 Billón 800 Mil Millones de Dólares, hoy nuestro pueblo baja drásticamente de talla y peso diariamente comprometiendo su salud, sin ir a un gimnasio o a un nutricionista, porque simple y llanamente, la gente se está muriendo de hambre, no comen con los nutrientes adecuados para una alimentación balanceada, sino lo que consigan para medio sobrevivir, en cantidades pequeñas y cuando mucho, dos veces al día.
La escasez, el desabastecimiento, la especulación en los precios, los bachaqueros, las largas colas, la discriminación que existen con los CLAP, son detonantes que inciden directamente en la calidad de vida de los venezolanos, especialmente, en la salud, porque producto de la disminución de proteínas, carbohidratos, frutas y vegetales, entre otros alimentos, la gente tiende a enfermarse con mayor facilidad, y hoy vemos situaciones tan dantescas como muertes de niños por desnutrición, como pasó recientemente en mi amado Puerto Ayacucho, donde 11 menores de edad fallecieron por hambre; también es común ver en los centros de salud, personas que acuden con arritmias, mareos, anemia, con la hemoglobina baja, como consecuencia de la no ingesta de los alimentos antes señalados.
Aunque suene a mentira y sarcasmo, en estos momentos una gran mayoría de nuestro pueblo se está alimentando a base de mangos y de sardinas frescas, no porque sea una política alimenticia del régimen de Maduro, sino que la naturaleza es tan sabia y condescendiente con Venezuela, que nos mandó en demasía estas dos alimentos para que el pueblo no termine de morir de hambre. No obstante, se hace cuesta arriba para el 80% de venezolanos, consumir pollo, carne, pescado, huevo, leche, queso, mortadela, embutidos y otros paliativos, porque los precios son inalcanzables para esta gran mayoría que sólo perciben un ingreso mínimo, frente a una canasta básica familiar que sobre pasa de Bolívares 256 Mil.
Este gobierno es tan demagogo y populista que pretende que a través de las siembras urbanas de cilantro, pimentón, ají dulce o cuanto se le ocurra, va a frenar esta crisis humanitaria que vivimos en Venezuela, con niveles alarmantes de más del 85% de escasez en los principales rubros alimenticios. Maduro ha puesto a nuestra Fuerza Armada Nacional al frente de conucos urbanos y de gallineros verticales, cuando deberían estar ejerciendo soberanía patria y cuidando al pueblo de la grave inseguridad que reina en Venezuela. Con el Plan 100 Días para la Siembra Urbana, este gobierno inepto, pretende por arte de magia alimentar a un pueblo hambriento y desnutrido.
Pues bien, yo le aclaro a Maduro que este pueblo quiere “papa”, comida caliente tres veces al día, y adquirir lo que deseen sin someterse a colas y humillaciones, pero ya está más que probado que este gobierno no está en capacidad de dar respuesta y menos de solucionar o buscar una salida a esta crisis en la que nos metió. Por lo tanto, los venezolanos sólo podremos avanzar y salir de esta pesadilla histórica, cuando Maduro esté fuera de la Presidencia de la República por la vía constitucional.
Desde la unidad democrática planteamos el referéndum revocatorio a su mandato, y Maduro al saberse perdedor porque no cuenta con pueblo ni con cuartel, ha puesto todas las trabas para que este mecanismo electoral no se de, aun cuando los tiempos dan perfectamente en el cronograma electoral para que se celebre este mismo año. Maduro no juegue con candela, porque lo que se está jugando es nada más y nada menos que la vida de los venezolanos, porque a usted no le importa tener a un pueblo hambriento y desnutrido, todo con tal de salirse con la suya y mantenerse en el poder a la fuerza y sin aceptación popular.
Bernabé Gutiérrez
Secretario Nacional de Organización
Acción Democrática
@adbernabe