William Gadoury, un canadiense de 14 años, se percató de que las 117 ciudades de la civilización maya están ubicadas en la posición relativa de las estrellas que estudiaban los astrónomos del imperio. Pero faltaba una estrella, es decir, una ciudad.
Revisando las imágenes satelitales de la selva mesoamericana, el joven investigador encontró una serie de marcas entre la vegetación que parecían indicar la posición de la metrópoli perdida.
William fue invitado a hablar de su hallazgo por la Agencia Espacial Canadiense y, un año después, un especialista en teledetección confirmó que las marcas que el adolescente había descubierto en la selva no eran naturales.
La historia estalló en los medios y las redes sociales: “Un joven de 15 años descubre una ciudad maya perdida usando datos astronómicos y Google Earth”.