Los ciudadanos suizos acuden hoy a las urnas para votar una iniciativa popular que pretende instaurar una renta mínima de unos 2.300 euros mensuales a la que tendrían derecho todos los residentes del país con el fin de llevar una vida digna.
Los promotores de la iniciativa consideran que en Suiza se pierden cada vez más empleos por la robotización de distintos sectores productivos y que hay un importante porcentaje de personas que realizan un trabajo no reconocido ni remunerado, como el cuidado de los hijos o de los familiares enfermos o ancianos.
En ese contexto, una renta mínima garantizada para todos los suizos podría acabar con las situaciones de pobreza y la dependencia de algunos ciudadanos con respecto a los servicios sociales, en un país en el que el coste de vida es uno de los más elevados del mundo, según los autores de la propuesta.
La idea, sin embargo, no ha convencido a los votantes, que en las últimas encuestas realizadas en el país se han manifestado de forma mayoritaria en contra.
Según estas encuestas, la nueva renta será rechazada por cerca del 70 por ciento de los votantes, quienes consideran que un ingreso mínimo universal no podría ser financiado de forma sostenible.
Asimismo, los opositores creen que la idea de tener garantizada tal remuneración sería una incitación a no trabajar.
La iniciativa no concreta un importe para esta renta, pero se alude a que el ingreso tendría que ser suficiente para garantizar una vida digna y los promotores de la idea han hablado de ese importe que es similar al establecido para el salario mínimo y que, de ser aprobado, deberá ser fijado por los legisladores suizos.
Ningún partido político apoya abiertamente la propuesta, que incluso reduciendo los gastos en los que incurre actualmente el sistema de asistencia social, requeriría ingresos adicionales para las arcas públicas de más de 22.000 millones de euros al año. EFE