Con gran pesar Bruno Álvarez, médico veterinario y presidente de la Fundación Juan Vicente Seijas, Aquarium de Valencia, notificó a la opinión pública la muerte de Zeus, única tonina en el mundo, que nació, se concibió y se crió en cautiverio. Era el único de este tipo que quedaba con vida, publica El Carabobeño.
Sara Pacheco
Posterior al entrenamiento del mediodía, los cuidadores notificaron que Zeus presentaba síntomas extraños. Se introdujeron al estanque para sacarlo, en ese momento tuvo un paro cardiorespiratorio. Falleció. Lo que vino después fue un profundo pesar por parte de las autoridades y trabajadores del recinto. Sentimientos que no se reflejaron en las declaraciones, pero estaban en el ambiente.
De inmediato se procedió a la necropsia, donde estuvieron presentes veterinarios, biólogos y autoridades del Ministerio de Ecosocialismo y agua. “En la necropsia macroscópica se hallaron síntomas neumónicos, es decir, índices posibles de neumonía, úlceras linguales, gastricas, esofagales, que son comunes en estos pequeños mamíferos en cautiverio. Se tomaron muestras de todos los órganos, de sangre, de cultivo bacteriológico y de toxicología”, aseveró Álvarez.
En los próximos días esas muestras irán a las manos del doctor Víctor Bermúdez, PhD y patólogo, imparte la cátedra de patología veterinaria en la Universidad Central de Venezuela, en la facultad de ciencias veterinarias, con esto determinarán exactamente las causas de muerte del cetáceo. Sin embargo, estas muestras pueden tardar varias semanas.
La condición de toninas y delfines es la curiosidad ante todo. En su hábitat natural tienden a hurgar el fondo de los ríos y consumen objetos extraños, lo mismo sucede en cautiverio. Por ello en distintas ocasiones se han encontrado objetos dejados por los humanos en los estómagos de estos animales. Usualmente, son lanzados por el público a los estanques.
Zeus tenía 11 años y seis meses, nació el 21 de enero de 2005. Actualmente queda Dalila. Es la tonina con mayor longevidad en el mundo. Llegó en 1987 al acuario de Valencia, estiman que tiene aproximadamente 48 años. Su pronóstico es reservado, pero Álvarez aseguró que el personal técnico le estará monitoreando continuamente para que, precisamente, no se sienta sola, no obstante el devolverla al hábitat es un tema fuera de la mesa, pues con más de 20 años en cautiverio, sería imposible su adaptación.
“Es una pérdida muy grande, no solo para nosotros desde punto de vista sentimental. El único sitio en el mundo que había podido reproducir animales en cautiverio era el Acuario de Valencia. Es una pérdida inclusive para toda la humanidad”, puntualizó Bruno Álvarez.