A propósito de la celebración del día del periodista, la concejal del municipio Valencia Judith Sukerman, manifestó su preocupación por la progresiva situación de dificultad y persecución en la que los trabajadores de la comunicación les toca ejercer su oficio, pues a juicio de la edil carabobeña “sin periodismo, no hay democracia”.
Nota de prensa
Es por eso que Sukerman extendió su más efusivo abrazo de felicitación a todos los “valientes” periodistas que día a día vencen las barreras del acoso, las dificultades y la censura para garantizar el derecho ciudadano a la información veraz y oportuna, aún cuando la superestructura del poder político y el gobierno pretenda callar las voces de denuncia de quienes orgullosamente fungen como la voz de los venezolanos de a pie.
La concejal denunció que, de acuerdo a un reciente informe del Colegio Nacional de Periodistas, seccional Miranda, en Venezuela se ha ido intensificando la persecución gubernamental y de grupos armados contra los reporteros, como lo es el caso de la detención del reportero gráfico de La Patilla, Román Camacho, así como de los periodistas Yosselin Torres y Darvinson Rojas, ambos de El Pitazo, quienes habían sido llevados a la sede nacional del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) para rendir declaraciones sobre el caso del ataque a la sede del Banco Central de Venezuela (BCV). Cabe destacar que los agremiados denunciaron a la opinión pública, abusos por parte de los agentes de la policía política.
“Sin periodistas no hay periodismo, y sin periodistas no hay democracia. El ejercicio de este noble oficio solo florece en condiciones de un Estado democrático y lamentablemente hemos sido testigos del deterioro de la democracia y con ello, la creciente dificultad de hacer periodismo en Venezuela”, dijo.
Sukerman refirió que Carabobo es una de las regiones más golpeadas por las diversas modalidades de censura que el gobierno socialista ha empleado para silenciar las voces de denuncia, como en el caso de El Carabobeño, que por su decisión de hacer honor a sus 82 años de historia, decidieron mantenerse del lado de los más afectados por la crisis de quienes gobiernan al país y recibir el funesto castigo de un poder político que no cree en la disidencia de opiniones y que sencillamente tomó la determinación de no venderle más papel periódico y acallar su voz.
También destacó la modalidad de “censura del siglo XXI”, en la que el Ejecutivo, hoy dueño del poder económico compra medios de comunicación, para adaptar su línea editorial a criterios dóciles, permisibles y que a través del discurso de la demagogia del equilibrio, silenciando el grito desesperado de un país que denuncia atropellos y miseria.
Aún en estas condiciones, la concejal envió su más efusivo abrazo fraterno, en agradecimiento a la valentía y entereza, con la que hombres y mujeres de ética y moral no renuncian a la labor, que por filantropía, decidieron dedicar su vida.