Sinceramente, luego de la batalla que dio el pueblo ante los obstáculos que colocó el CNE en el proceso de validación del 1% de las firmas, lo menos que se puede hacer es celebrar la extraordinaria victoria, sin embargo, esa embriaguez de triunfo no puede ser permanente, de hecho, si hablamos del proceso de convocatoria del referéndum revocatorio presidencial, aún no se ha convocado formalmente, para ello, se debe constituir el grupo promotor y firmar nuevamente, esta vez con el apoyo del 20% del registro electoral, claro, antes de poder dedicarnos de lleno, tenemos que: Aguardar 20 días hábiles, mientras el CNE revisa las firmas que recién se validaron luego de un mes de revisiones ¿Redundante? Todo este proceso luce muy engorroso, entonces empiezan a surgir de nuevo las preocupaciones constantes ¿El CNE está respetando la legalidad? ¿Cuánto falta para que se realicé el proceso de consulta popular? Las respuestas nos pudieran sorprender: Si, el CNE está respetando forzadamente la legalidad y; no, es poco probable que se realicé la consulta antes del 10 de enero del 2017 que, es lo que en verdad importa y está claro para todos los actores políticos. Si los tiempos se respetaran a partir de este momento y la respuesta del CNE fuera óptima, pudiéramos estar realizando el evento en una fecha próxima al 15 de diciembre, sin embargo, quedan unas cuantas etapas que pudieran ser boicoteadas por el gobierno y viciar el proceso de convocatoria, por ejemplo: Jorge Rodríguez ya sentenció que el Firmazo o Reafirmazo (20%) debe realizarse en 1 sólo día; aunque, con eso no hay problema, en todos los procesos de elecciones, los electores firman y dejan sus datos en 1 solo día, lo que en verdad importa, es la exigencia inicial, para que este proceso se realicé en los centros electorales tradicionales, en un día domingo (según nuestra tradición electoral) y con presencia de observadores internacionales, es decir, con iguales o mejores condiciones de esta misma etapa, durante el 2004, con el proceso de convocatoria del referéndum revocatorio al presidente Chávez.
Como pueden dar fe, no soy ningún experto en materia electoral, pero, la lógica nos da cuenta de un proceso burocrático muy complejo. Sin embargo, en el comportamiento predecible del gobierno, no hay ningún asombro que nos haga despertar de pronto, no, el choque con la realidad, es equiparable a una resaca: Pasó el 6 de diciembre, coincidió con la austera navidad y lo repetimos con la validación de las firmas, pero, la sed de triunfos no se va a poder saciar, hasta tanto no se logre unas elecciones presidenciales adelantadas y se ganen, es decir, los días de calma están finalizando rápidamente en la medida que, la celebración se interrumpe por hambre ¿Qué nos tendrá preparado el gobierno? El Pan y circo que siempre les ha funcionado, es imposible de costear y las victorias, sean cuales sean, deslumbran durante menos tiempo. Asumamos que, el corazón de los eventos políticos, es de naturaleza económica, por lo menos para el caso venezolano ¿Cambiaron las condiciones económicas? ¿Mejoraron? Las respuestas, evidentemente, serán consensuadas, porque con la realidad económica estamos interactuando todos, eso sí, las sensaciones que producen en nosotros estas interacciones con la economía también son muy parecidas: Mientras la victoria temprana en el proceso de convocatoria al referéndum revocatorio, no responde ¿Cuando se puede volver a comer? Las condiciones de la realidad económica si lo hacen y con extrema sinceridad: “Hasta que no cambie el gobierno no cambiará la economía”
¿Por qué entonces: Si la realidad es económica, empezamos hablando de las condiciones para convocar el referéndum revocatorio? Encontrarán que en esa cronología no oficial de: Etapas, requerimientos, condiciones, emboscadas y trabas; hay una cuenta, muy fácil de sacar y cada vez más evidente -los tiempos no dan para lograr un cambio de gobierno, ni elecciones adelantadas, ni mejoramiento de la economía- Por tanto, si la realidad económica nos pone a dialogar con su sinceridad, la burocracia gobiernera ya no nos puede engañar. No estoy diciendo que lograr el referéndum revocatorio es un imposible, pero, eso sí, antes de que salgan, desde la MUD, con el discurso de la omisión, tengan presente, que no todos los que dialogan con la realidad económica, responden a sus intereses. Venezuela es un polvorín de 30 millones de habitantes y cualquier mecha pudiera encender la única posibilidad de cambio constitucional que nos están dejando, exigir la renuncia y para ese supuesto no están contempladas: Normas, condicionantes, cálculos de tiempo, burocracia u orden; el caos sería el único interlocutor y éste no dialoga con la realidad, éste grita y se impone.