Como pueden dar fe, no soy ningún experto en materia electoral, pero, la lógica nos da cuenta de un proceso burocrático muy complejo. Sin embargo, en el comportamiento predecible del gobierno, no hay ningún asombro que nos haga despertar de pronto, no, el choque con la realidad, es equiparable a una resaca: Pasó el 6 de diciembre, coincidió con la austera navidad y lo repetimos con la validación de las firmas, pero, la sed de triunfos no se va a poder saciar, hasta tanto no se logre unas elecciones presidenciales adelantadas y se ganen, es decir, los días de calma están finalizando rápidamente en la medida que, la celebración se interrumpe por hambre ¿Qué nos tendrá preparado el gobierno? El Pan y circo que siempre les ha funcionado, es imposible de costear y las victorias, sean cuales sean, deslumbran durante menos tiempo. Asumamos que, el corazón de los eventos políticos, es de naturaleza económica, por lo menos para el caso venezolano ¿Cambiaron las condiciones económicas? ¿Mejoraron? Las respuestas, evidentemente, serán consensuadas, porque con la realidad económica estamos interactuando todos, eso sí, las sensaciones que producen en nosotros estas interacciones con la economía también son muy parecidas: Mientras la victoria temprana en el proceso de convocatoria al referéndum revocatorio, no responde ¿Cuando se puede volver a comer? Las condiciones de la realidad económica si lo hacen y con extrema sinceridad: “Hasta que no cambie el gobierno no cambiará la economía”
¿Por qué entonces: Si la realidad es económica, empezamos hablando de las condiciones para convocar el referéndum revocatorio? Encontrarán que en esa cronología no oficial de: Etapas, requerimientos, condiciones, emboscadas y trabas; hay una cuenta, muy fácil de sacar y cada vez más evidente -los tiempos no dan para lograr un cambio de gobierno, ni elecciones adelantadas, ni mejoramiento de la economía- Por tanto, si la realidad económica nos pone a dialogar con su sinceridad, la burocracia gobiernera ya no nos puede engañar. No estoy diciendo que lograr el referéndum revocatorio es un imposible, pero, eso sí, antes de que salgan, desde la MUD, con el discurso de la omisión, tengan presente, que no todos los que dialogan con la realidad económica, responden a sus intereses. Venezuela es un polvorín de 30 millones de habitantes y cualquier mecha pudiera encender la única posibilidad de cambio constitucional que nos están dejando, exigir la renuncia y para ese supuesto no están contempladas: Normas, condicionantes, cálculos de tiempo, burocracia u orden; el caos sería el único interlocutor y éste no dialoga con la realidad, éste grita y se impone.