En Venezuela, es muy difícil, el no opinar sobre la inmensa crisis que afrontamos en la actualidad. Donde quiera que uno vaya o con quien uno hable, en cualquier lugar del País, el tema que copa el que hacer de los ciudadanos, es el mismo: la crisis.
La escasez, la inflación, la inseguridad, la corrupción, el estado de deterioro de los servicios públicos son temas comunes en las conversaciones de los venezolanos, la crisis que nos está asfixiando a todos.
Las colas para encontrar alimentos son cada vez más largas, más tétricas, más humillantes; el precio de los escasos productos que aún se consiguen, aumentan de forma exorbitante en cuestión de días. Una inflación anualizada que los expertos estiman rompa récords históricos y que para el cierre de este año alcance el 750%, lo que hace que el salario de la mayoría de nuestros compatriotas no alcance ni para subsistir.
El modelo político que nos gobierna, destruyó el aparato productivo nacional. Se expropiaron empresas en plena producción que hoy no producen ni lastima. Se dilapidaron casi 3 billones de dólares de la renta petrolera en propaganda, populismo, regalías y compra de conciencias y respaldos internacionales de amigos del “proyecto socialista”.
Hoy somos un país pobremente rico. Una “potencia” revolucionaria quebrada, con un gobierno al cual se le agotó el discurso. Ya nadie cree en conspiraciones ni en guerras económicas. A la clase gobernante se le escapó la “patria” de las manos. Todo quedo en excusas y acusaciones a terceros. Ellos, no tienen la mínima intención de reconocer su fracaso, su ineficiencia, ni de enmendar o de rectificar en pro del bienestar colectivo.
Ya la Constitución, es prácticamente letra muerta. El gobierno la vulnera cada vez que le interesa y según su conveniencia para torcer la voluntad del pueblo. No hay atisbo de racionalidad para aceptar que las soluciones, pasan por la consecución de acuerdos con todos los sectores del país.
Malamente puede jactarse el gobierno de triunfos en ninguna instancia, cuando el pueblo está pasando necesidades. Lo que evidencia un rotundo fracaso.
En la actualidad los venezolanos atraviesan las peores condiciones de vida de la historia del país, y caminamos al borde del abismo.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz