Zainab Mustafá porta una foto de su marido, entre lágrimas busca noticias suyas y de sus dos hijos que salieron de casa la noche antes del atentado que este domingo golpeó Bagdad, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI).
Antes del alba, un kamikaze del grupo yihadista hizo estallar un coche bomba en una calle comercial del barrio Karrada de la capital iraquí, donde muchas personas suelen hacer sus compras antes de la fiesta del final del ramadán. Al menos 119 personas murieron y más de 180 resultaron heridas.
Los tres habían salido la noche del sábado a comprar ropa para la festividad. Desde entonces Zainab no ha tenido noticias. Ahora busca, en medio de los edificios todavía humeantes, saber algo de los suyos.
La potente explosión provocó incendios en muchos edificios aledaños y los bomberos siguen intentando controlar el fuego.
“Buscamos por todos lados”, relató Zainab, mientras camina por las calles, llenas de escombros, que auguran un búsqueda lenta.
“En las listas de víctimas, vi familias enteras, el padre, los hijos, la madre y las hijas, todos aniquilados por la explosión”, dijo un miembro de las fuerzas de Protección Civil. “Vamos necesitar muchos días para encontrar los cuerpos de las víctimas. Es una tarea difícil”, explicó.
Fadhel Salem busca a sus dos hermanos que se encontraban atendiendo el comercio familiar. “Creo que siguen en el interior pero no veo nada debido al espeso humo”, explicó.
– Pruebas de ADN –
En otra tienda, donde el techo se desplomó, cinco personas trabajaban con palas para intentar encontrar a sus seres queridos.
“Yo los conocía a todos”, contó Sami Kajim, mientras buscaba entre los restos del local.
Poco antes de la explosión, le llevó un vaso de jugo de frutas a su amigo Mustafá, antes de irse a su casa para dormir.
“Tras la explosión, solo había fuego, no podía ver a Mustafá porque todo el lugar estaba en llamas”, contó.
Bagdad ya había sufrido varios atentados este año, pero el ataque de este domingo, en el que los autores combinaron el uso de explosivos y obuses fue el más mortal en lo que va del año.
La identificación de las víctimas también planteará un desafío para las autoridades, ya que muchos restos están carbonizados al punto que será necesario someterlos a pruebas de ADN.
Sin embargo, pese a que decenas de personas perdieron la vida en la explosión y los incendios que se desataron a continuación, otros lograron escapar a la muerte.
“Algunos saltaron de los techos de los edificios, pese a la altura” y ahora están heridos con fracturas en las piernas, contó Sari Mohamed, propietario de una tienda.
“Tres personas se escondieron dentro de un refrigerador en el primer piso, tras el final del incendio lograron salir con vida”, explicó.
Este ataque se produjo una semana después de que el grupo Estado Islámico perdiera el control de Faluya, tras una ofensiva de la coalición internacional que duró varias semanas. AFP