“Leal, así se llama el vigilante, él cobra por meter a la gente. Algunos policías también lo hacen, o cobran en especies”, dijo Ángela Vargas.
Vargas no es bachaquera, tiene hambre y está obligada a comprar productos regulados para que le alcance el sueldo, según explicó.
La ciudadana contó que la mayoría de quienes estaban la mañana de ayer en las afueras de la proveeduría Sigo tenían, por lo menos, un día allí. “Aquí hay gente que está desde el viernes, eso se llama hambre”.
Luis Briceño señaló que a la 1:00 am llegó un camión a la farmacia Meditotal, ubicada al frente, y la gente sin pensarlo ni saber qué cargaba, se lanzó sobre él. “Ahí estaba todo el mundo, civiles y policías viendo qué podían llevarse”.
Más tarde, luego de las 4:00 am, la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Orden Público y Sebin comenzaron a organizar a quienes ingresarían primero a comprar en Sigo, “pero para sorpresa nuestra, pasaron sólo como a 15 de la cola para meter a sus amigos, familiares y novias”, dijo Carmen Aguilar.
Agregó que ella estaba allí desde el lunes a las 2:00 pm y a las 8:30 am del martes todavía no había podido comprar.
“Por supuesto que esto se descontroló, muchos de los jóvenes brincaron la cerca y otros abrieron huecos en ella para pasar”.
Según testigos, los efectivos lanzaron cuatro bombas lacrimógenas y dispararon perdigones directamente a varias personas. “Después las metieron y les dieron la mercancía para que se quedaran tranquilas”.
El comercio estaba expendiendo 4 paquetes de harina precocida de maíz y uno de azúcar por persona.
“Aquí no hay respeto por la gente, lo que hay es maltrato y corrupción, por eso nos amotinamos. ¿Cómo es posible que van a pasar a ese gentío en nuestra cara?”, expresó Luis Morales, quien se vino de Guárico a vivir aquí con unos familiares porque allá no se consigue nada desde hace meses.
Más tarde, en la misma vía, fue saqueado un camión de electrodomésticos.“Se llevaron hasta refrigeradores”.
Consultado en torno a las denuncias sobre abusos policiales en las colas, el gobernador del estado Anzoátegui, Nelson Moreno, dijo que para “nosotros el bachaquero es un delincuente porque le quita la comida al pueblo. Las instrucciones son resguardar las instalaciones y controlar la alteración del orden en establecimientos públicos o privados. Si hay excesos (policiales) habrá que corregirlos”.