Todo indica que Maduro saldrá por la misma ventana por donde entró (salvo que antes haya un cambio de gobierno) y como si fuera poca la paradoja, como consecuencia al cuestionamiento del mismo país, que ellos vieron pequeño y débil – Paraguay- ahora es quien cuestiona la “democracia autoritaria” bolivariana de la que habla el Canciller Nin Noboa para justificar lo injustificable del régimen autocrático cívico-militar de Maduro, al tiempo que asoma, sin mencionarla, la convocatoria de la Clausula Democrática al proponer que el traspaso de la Presidencia Pro-Tempore se realice bajo el marco del Protocolo de Ushuaia sobre “Derechos Humanos y respeto a la Democracia del Mercosur”. Sería algo así como revisar o analizar si en verdad Maduro y su gobierno no viola los principios fundamentales de la democracia. Si Maduro se pone más bruto de lo que es, e insiste en asumir la Presidencia Pro-tempore, es posible que tengamos a un Mercosur estudiando bajo el Protocolo de Ushuaia la autocracia venezolana, con el agravante que la correlación de fuerzas políticas han cambiado a favor de la democracia, con la consecuencia que este gobierno bolivariano no pasa, ni copiándose, un examen sobre democracia y su destino será la salida por donde entro.
La distorsión del proceso de integración económica del Mercosur, por parte de los bolivarianos del bloque tratando de convertirlo en un órgano político, termino de profundizar las desavenencias económicas del mismo y desde el punto de vista político, el ingreso de una Venezuela chavista que no creía ni cree en el mercado y opuesta rotundamente a los acuerdos comerciales, se ha convertido en un verdadero problema para este nuevo Mercosur, siendo esta una de las razones fundamentales del porqué, los gobiernos democráticos que creen el desarrollo económico del mercado, no ven que Maduro pueda dirigir el bloque y menos con la experiencia de la crisis económica y humanitaria a la que ha conducido a su país, sobre todo, cuando se están finiquitando negociaciones de un Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea que dinamizará las economías del Mercosur, a parte, del incumplimientos de las normas económicas, del cuestionamiento de la democracia y de la inestabilidad política para conducir en estos momento el Mercosur.
El mundo internacional, hoy más que nunca, está claro de que en Venezuela no hay democracia, que el pueblos sufre la depredación bolivariana, pero además, que su incompetencia es supina para resolver la crisis a la que han hundido a Venezuela, no obstante, están persuadidos que se aproxima una revuelta social de consecuencias impredecible, no solo para el país sino para la región, por lo que buscan una salida pacífica a corto plazo a través de un Diálogo Político que abra caminos a un acuerdo nacional o a una salida electoral a través de un Referéndum Revocatorio enmarcado en la Constitución.
Al gobierno se le acabó el oxigeno y aunque es el que menos quiere el dialogo a pesar que lo proclama a los cuatro vientos, para exponer a la oposición ante la Comunidad Internacional, ahora se encuentra atrapado en él al igual que algunos sectores testarudos de la oposición. La Comunidad Internacional continúa impertérrita insistiendo en el diálogo a pesar de las campañas orquestadas nacionales e internacionalmente contra la Facilitación de los Ex-presidentes, especialmente contra Zapatero que no solo tiene el aval del gobierno español, al cual informa, del Psoe sino de la Internacional Socialista y para rematar, ahora expresamente de la Unión Europea. ¡Qué tal!
La Comunidad Internacional ha volteado a mirar a Venezuela después de 17 años, gracias a la caída de los precios del petróleo, a la crisis económica, al desabastecimiento, a la hambruna a la que tiene sometido al pueblo venezolano y a la torpeza de un gobierno bolivariano que decidió desenmascarar su autoritarismo y con él, la represión, la violación de los derechos humanos y desconocer la voluntad popular expresada el 6D, dirigiendo un genocida conflicto de poderes que terminó por demostrar al mundo, a la OEA y ahora al Mercosur su régimen autoritario, en donde Paraguay terminará de demostrar y ratificar que hay “una alteración del orden constitucional democrático que afecta gravemente su orden democrático”. Es la dulce venganza o como se dice en el mundo diplomático “un acto de reciprocidad” por parte del Paraguay.
El gobierno de Maduro y el Psuv, sin duda alguna, sienten el aislamiento internacional e internamente están en camino de una implosión, porque hay sectores bolivarianos que antes de enterrarse con Maduro y su gobierno prefieren conservar un espacio político que a corto plazo los vuelva a convertir en opción de poder, como ocurre en todos los procesos políticos democráticos. Se cae el gobierno pero el PSUV sobrevivirá y le tocará su rol de oposición, igual que pasó con el PRD de los tiempos de Noriega en Panamá, donde al siguiente período constitucional volvió al gobierno por voluntad popular de los panameños, claro está, previamente el PRD hizo su autocrítica y se renovó.