Cada vez menos familias disfrutan de un viaje en vacaciones. La inflación en Venezuela ha hecho que las prioridades cambien y, ahora, lo primordial es al menos cubrir la canasta alimentaria. Los viajes han quedado relegados, mientras que el sector turismo intenta permanecer en funcionamiento con los limitados recursos que les quedan. Así lo reseña elimpulso.com / Rosmir Sivira
Años atrás, reservar hospedaje por estas fechas, en destinos tradicionales como Margarita, Mérida o Tucacas, era tarea casi imposible. El sentido común decía que debía hacerse al menos seis meses antes porque la mayoría de las familias salían de paseo.
Pero los escenarios han cambiado. Quienes aún deseen reservar para la primera semana de agosto en alguno de estos destinos, podrán encontrar habitaciones disponibles, lo que resume un sector económico y un país en críticas condiciones.
A pesar de ello José Yapur, presidente del Consejo Superior de Turismo (Conseturismo) expresó que el sector turismo, en especial la prestación del servicio de alojamiento, se ha preparado para recibir la temporada vacacional de agosto con mayor antelación que en épocas anteriores.
Sin embargo, manifestó que las expectativas sobre la temporada no se comparan con el flujo de turistas al cual están acostumbrados.
-Se visualiza, en primer lugar, que las solicitudes de reservas han mermado con relación a otros años, pero lo curioso es que han mermado, mientras el sector hotelero se ha preparado mejor. Es un evento particular.
La capacidad económica del venezolano se ha reducido sustancialmente, por lo que en la actualidad, es menor el número de familia con disposición financiera para viajar. Quienes quizás lo hagan, probablemente usen transporte público y no su propio vehículo, por la escasez de repuesto y altos costos de reparación. Quienes solían comer en restaurante durante los días de viaje, probablemente preparen sus alimentos con antelación o en la posada. Quienes viajaban por cinco días y hasta una semana, quizás reduzcan el número de noches o realicen una visita corta, ida por vuelta.
Por su parte, Francisco Rodríguez, agente de viajes y presidente de la Cámara de Turismo de Iribarren, expresó que las ventas de paquetes de viaje, al menos en Barquisimeto, “han sido muy bajas, por no decir que nulas”.
Expuso, que en su mayoría, quienes se acercan a estos establecimiento preguntan por boletos al exterior, con fines de migrar. En su opinión, la prioridad actual del venezolano no es el viaje.
-Aun nos quedan promociones de julio y agosto, y la tendencia es que estas se vendieran en una semana o sino en menos.
La crisis afecta a todos
Pagar un todo incluido en la isla de Margarita, por cinco días y cuatro noches, a un monto de Bs. 210.000 por persona, resulta cuesta arriba. Si se trata de un grupo familiar de padre, madre e hijo, la suma podría superar el medio millón de bolívares. Por tanto, los números no juegan a favor del venezolano, pero tampoco favorecen al sector.
En cuando al manejo de los precios de productos y servicios turísticos, producto de la inflación, el presidente de Conseturismo señaló que las tarifas han sido adaptadas a las demandas del mercado, con constante vigilancia de los costos.
“No podemos subir los precios porque sí. Si se colocan altos precios y el mercado no responde siempre habrá una tendencia a bajarlos, de alguna manera, a fin de vender y mantenerse activos”, dijo.
Producto de dicho pensamiento, actualmente se aprecian en el mercado ofertas con motivo de la temporada vacacional. Algunos hoteles tienen promociones con niños gratis o noches de regalo luego de varios días de reservación. Los “amenity” también se han convertido en parte del atractivo, entre estos destacan cenas obsequio o botellas de vino.
Subrayó que los hoteles han subido sus precios porque de igual manera han incrementado sus costos. “No es lo mismo salir a comprar fundas, sábanas y toallas para un hotel, de lo que era escasos ochos meses atrás”.
Lo mismo ocurre con repuestos para reparación de sus equipos y para cocina.
Alquilar una casa en Tucacas, donde la familia pueda preparar sus alimentos, también ha aumentado de precio. El valor por noche, de acuerdo al número de habitaciones o si el lugar cuenta con piscina, puede variar entre Bs. 25.000 y Bs. 60.000. Si a eso se le suma un pequeño mercado para disfrutar de al menos tres comidas, la inversión podría ser de hasta Bs. 30.000, sumado a que la búsqueda de los insumos, será una tarea tan compleja como el pago del arrendamiento.
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