Lo cierto es que no hay democracia en Venezuela. Por esto tenemos que responder tanto civiles como militares. Ambos sectores hemos estado actuando muy por debajo de las exigencias constitucionales y legales que deberían regir a la nación. Pero desgraciadamente no ha sido así. En ambos sectores hay cómplices de esta increíble muestra de ineficiencia y corrupción. También, es justo decirlo, en ambos sectores hay probados demócratas, honestos y eficientes. Quizás llegó la hora de fomentar un amplio frente cívico-militar en defensa de la perdida institucionalidad democrática. Para recuperarla, para devolver su dignidad a la institucionalidad, para restituir una legalidad capaz de ordenar la vida de la República y darle a los ciudadanos el oxígeno necesario para vivir y defender lo suyo. Si queremos alcanzar estos objetivos tenemos la obligación de trabajar para ello. Las diferencias en el campo civil tienen que desaparecer para alcanzar a corto plazo una unidad auténtica. Puede ser perfectamente, dinámica y diferenciada. En el mundo militar el asunto tiene matices diferentes. Ellos tienen muchas más limitaciones que nosotros por razones vinculadas a su formación básica, pero es indispensable su concurso a los efectos del cambio. Ellos dirán la última palabra. Ojalá no tengan que decir también la primera.
Vemos con preocupación cómo pasan los días y con ellos la posibilidad de que el revocatorio se realice este año. Se sobrepone a este propósito de cambio el llamado a un bendito diálogo aún no concretado, pero que exige claridad y transparencia a toda prueba. Exigimos urgentes aclaratorias sobre las actuación abiertas, encubiertas, discretas y hasta secretas de algunos dirigentes de la MUD y sus contactos con representantes del gobierno y con los enviados de UNASUR. Hay confusión y comentarios que, justos o injustos, están empañando la credibilidad de los protagonistas.
Mi buen amigo Luis Betancourt Oteyza, recordaría que la unidad no puede nunca confundirse con la complicidad. Puede ser dinámica y diferenciada, pero nunca contraria a los principios y valores que nos mantienen activos en la lucha. La nación merece una explicación a fondo. Hasta en las declaraciones más simples se nota la confusión existente por las alturas de la oposición. Por favor, no añadan más escepticismo a la lucha por el cambio.
Domingo, 17 de julio de 2016
@osalpaz