En los últimos 12 meses el precio del pollo a la broaster se incrementó 218% en el municipio Anaco, de acuerdo con los reportes ofrecidos por los dueños y encargados de locales y restaurantes consultados. Así lo reseña eltiempo.com.ve / Danela Luces
Según testimonios de propietarios y clientes, la inflación y la escasez han provocado la merma en las ventas del rubro en la ciudad, por lo que algunos expendios bajaron las santamarías, mientras otros intentan mantener sus puertas abiertas “a duras penas”.
Manuel Salazar se dedicaba a la comercialización de pollos horneados y asados desde 2006, en un local pequeño ubicado en la calle Barinas, pero este mes decidió cerrar el negocio porque, según dijo, “los números no daban para más”.
Explicó que en los últimos 12 meses el costo del ave beneficiada sufrió alzas significativas, al menos cada tres meses, y pasó de Bs 2.200 a Bs 7.000.
“En julio de 2015 lo vendía en Bs 2.200 y a finales del año lo llevé a Bs 2.800. En enero tuve que subirlo a Bs 3.000 y de ahí en adelante ha ido en ascenso. Pero lo más duro vino después de Semana Santa, cuando el kilo de pollo al mayor pasó de Bs 720 a Bs 1.900 aproximadamente. Ese incremento se dio en dos semanas y tuve que subirlo para no perder”.
Todos a pique
Señaló que atrás quedó la época en la que expendía 100 pollos diariamente. A principios de 2016 salían 20 pollos en un día, pero luego fue bajando la demanda y últimamente el tope llegó a ocho.
A su juicio, el ciudadano de a pie no tiene suficientes ingresos para poder comer en la calle y eso se ve reflejado en las bajas ventas.
Refirió que, además de los aumentos, le afectó la irregularidad en la entrega de los pedidos. “Pasaba hasta dos semanas sin trabajar porque no llegaba la mercancía. Finalmente decidí cerrar porque las cuentas no me favorecían. Tenía que sacar mucha plata para comprar el pollo y el resto de los ingredientes como la harina de maíz para los bollitos y la mayonesa para la ensalada porque comenzaron a escasear. Los bachaqueros cobran mucho dinero por esos productos”.
En algunos casos, como el del local de Los Hermanos Núñez C.A. dedicado al ramo desde hace 20 años, las ventas cayeron 40% en el primer semestre de este año, según dijo uno de los propietarios Gabriel Núñez.
“Hasta finales de 2015 se vendían semanalmente 500 pollos, pero ahora se ha reducido a 300. Pasamos de vender 90 pollos diarios a sólo 50”.
Núñez atribuye la merma al bajo poder adquisitivo de los ciudadanos ante la apabullante escalada inflacionaria.
“Antes teníamos una situación más favorable. A principios de año un pollo costaba Bs 2.800, luego pasó a Bs 3.000, pero en los últimos tres meses todos los precios se dispararon y tuvimos que llevarlo a Bs 6.400 para poder mantenernos. Si lo bajamos hay que cerrar el local”.
Agregó que muchos clientes ya no pueden pagar ese monto porque la inflación ha golpeado muy fuerte el bolsillo de los venezolanos. También subieron los costos de los productos que requieren para ofrecer el plato.
“Una paca de harina de maíz vale Bs 5 mil, pero como no se consigue tenemos que pagarla en Bs 35 mil. Lo mismo pasa con el aceite, que cuesta Bs 15 mil y lo estamos comprando en Bs 45 mil”.
Manifestó que a finales del 2015 tuvieron dificultades para adquirir el pollo. “En diciembre cerramos tres días porque a nuestros proveedores les retuvieron la mercancía”.
En el restaurante Pollos El Doradito, el encargado, que prefirió no dar su nombre, señaló que “todos los días hay un precio nuevo y eso afecta las ventas. Vendemos entre 15 y 20 pollos diariamente como máximo, pero antes teníamos salida de casi el doble”.
Para el trabajador es comprensible que la gente no compre como antes, debido a la inflación. “Un pollo cuesta casi lo mismo que una quincena para alguien que gane sueldo mínimo (Bs 15.051), por eso es que se ha puesto tan difícil mantener estos negocios”.
Indicó que adicionalmente deben lidiar con el alto costo de los insumos que se requieren para preparar un plato. Expuso que, por ejemplo, el aceite de 18 litros cuesta Bs 13 mil y “en el mercado negro” lo venden en Bs 55 mil.
“Todo ha subido de precio y la calidad de los ingredientes ha desmejorado. El kilo de adobo cuesta Bs 13 mil y 400 gramos de pimienta valen Bs 13.800. Nadie puede mantenerse a flote con esos aumentos que recibimos cada día”.