“Mi hija tiene dos días sin comer. No tengo qué darle”

“Mi hija tiene dos días sin comer. No tengo qué darle”

(foto Rafael Delgado)
(foto Rafael Delgado)

Gregoria Mata estuvo dos días en una cola para obtener el ticket que hoy le permitiría comprar alimentos en el Hipermercado Sigo de Barcelona. Andaba con su hija de 2 años, quien durante ese tiempo sólo se alimentó de leche materna. Así lo reseña eltiempo.com.ve / Giovanna Pellicani

“Tiene dos días sin comer. No tengo nada qué darle y por eso debo hacer la cola. Ella tiene un quiste de grasa en el fémur izquierdo y necesita atención especial”, exclamó con la chiquilla en brazos.

La pequeña no es la única hija de Gregoria. En casa de una vecina había dejado a sus otras tres niñas de 3, 10 y 13 años. Cree que probablemen­te comieron de lo poco que habría cocinado.

“No sé nada de ellas. No tengo teléfono, no tengo trabajo y mi esposo tampoco. Ambos compramos el mismo día y vinimos a ver si podemos conseguir algo para darles de comer”.

Contó que decidió hacer la cola desde el martes en la mañana para asegurar su número, el cual le entregaron a las 10:00 am de ayer.

“Tengo que buscar ahora a alguien que me preste dinero para comprar. No tengo nada, sólo el cupo”.

La joven madre vive con su esposo Luis Molina en el sector Súper S de Barcelona y expresó que la última vez que fue a Sigo encontró su “ran­cho” desvalijado.

“Hice cola por más de dos días y cuando llegué a la casa noté que se habían llevado el último poquito de comida que me quedaba para mis hijos”.

Con lágrimas en el rostro aseguró que debe cargar con la menor de sus niñas porque aún toma leche materna, y según explicó, es lo único que la ha mantenido hidratada y con fuerzas tras la falta de alimentos.

“La cola en La Maestranza es peor que en Sigo. Dos días aquí y un tercer día allá”.

ODISEA

Algunos de los que se halla­ban ayer en el terreno, donde antiguamente funcionaba la manga de coleo de Barcelona, dijeron que pasan más de tres días en cola para adquirir pro­ductos regulados.

Susana Torres era una de las compañeras de cola de Gregoria y dijo que comprar alimentos en Venezuela es una odisea.

“Tenemos que pasar dos días en cola para conseguir un número y entre empujones, tiros, gritos, insultos y correderas poder obtener una oportunidad para comer”.

Mencionó que todos los días venden cuatro harinas de maíz, dos paquetes de arroz, un de­tergente en polvo y dos pastas dentales.

Torres expresó ser de bajos recursos y que durante los días que estuvo haciendo la cola sólo se comió dos ruedas de patilla que le vendieron a Bs 50 cada una.

“No podemos ni tomar agua porque cuesta Bs 400 y un tequeño supera los Bs 300. Sin nos ponemos a comprar aquí nos quedamos sin dinero para comprar”.

A las 11:30 de la mañana de ayer ya habían entregado los números a las personas que comprarán hoy en Sigo, pero en el lugar quedaban más de 500, a las que les dieron el ticket para que lo hagan este viernes.

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