Envuelto en papel periódico y dentro de dos bolsas, una de asa y otra negra, hallaron, el viernes en la tarde, el cadáver de un bebé. Su madre lo parió y lo enterró en el patio de una casa, en el callejón Los Laureles del barrio Sucre, municipio Cabimas. Los perros callejeros desenterraron el cuerpecito, de unos 45 centímetros, para devorarlo, reseñó La Verdad.
El dueño de la vivienda, donde funciona un taller mecánico, se percató de la jaurías y mientras se acercaba por el desagradable olor, supo que algo no estaba bien, llamó a un vecino y luego de espantar a los animales hambrientos, con un palo movió la bolsa y vio al menor.
Asombrado, el hombre notificó a su familia y a los cuerpos policiales. Los oficiales comentaron que la madre es una adolescente, y la detuvieron. Les confesó que aprovechó una de las noches para enterrar a la criatura mientras todos dormían.
La detenida alegó en los interrogatorios que desconocía estar en período de gestación, por lo que luego de un sangrado se dio cuenta que abortaba, pero el temor la invadió y decidió enterrar el cuerpecito en vez de acudir a un centro de salud.
La mujer y su pareja poco después del hallazgo fueron detenidos por funcionarios del cuerpo detectivesco y puestos a la orden del Ministerio Público, señalados por homicidio culposo. Se conoció que la pareja tiene dos hijos pequeños.
En la vivienda, donde ocurrió el hallazgo, todos estaban conmocionados, ninguna de las mujeres de la familia ni allegadas estaba embarazada. El cuerpo del bebé permanece en la morgue del cementerio municipal para hacerle la necropsia correspondiente y ser entregado a sus parientes para sepultarlo.