¿Cómo está tu ego?

¿Cómo está tu ego?

Ego

 

Se habla mucho del ego en muchas enseñanzas espirituales y a veces se demoniza como resultado de ellas, . Podríamos creer que debemos erradicarlo por completo, convirtiéndolo en algo más que una entidad personalizada y subjetiva, en la que no hay espacio para la identificación o la autonomía, la preferencia o aversión. Así lo reseña toyfeliz.net

Aprendimos que el ego está en la raíz de todo sufrimiento, haciendo que nos identifiquemos personalmente con la presencia impersonal del sufrimiento en nuestras vidas. ‘Este es mi dolor “, nos decimos a nosotros mismos”, y así, me defino y defino mi experiencia’. Como alternativa podemos identificarnos con el placer, aferrándonos a él por temor perderlo, asiéndonos al siguiente momento placentero en que podemos emplear el “yo” y el “mío”. Oímos hablar de la necesidad de trascender el sufrimiento, de dejar de lado la identificación y liberarnos del deseo para experimentarnos como el vórtice infinito e impersonal de energía y poder que, en esencia, somos. Lo cual está bien, excepto que hay más en lo referente al ego de lo que parece ante esa “visión trascendente ‘, no menos importante, ya que tiene un papel vital que desempeñar en nuestras vidas humanas y la incapacidad para cultivar un ego sano puede echar por tierra severamente no sólo el cumplimiento de nuestro potencial, sino también nuestra relación última con la Divinidad.

¿Cómo podemos reconocer un ego sano?

El ego presenta las siguientes cualidades, aunque es posible que tengan otros puntos que agregarían o alguno le quitaría:

1) La capacidad de mantener un nivel de respeto de sí mismo, que facilite la comunicación honesta, el ajuste de límites apropiados en las relaciones y la búsqueda de un estilo de vida propicios para el bienestar, la satisfacción adecuada y el conocimiento.

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