Julio Borges, coordinador nacional de Primero Justicia (PJ) y diputado a la Asamblea Nacional, no suelta la tesis de que el referéndum revocatorio sea este año por lo que asegura que tanto el CNE como el Gobierno buscan desmoralizar al país para que sea imposible, reseña Panorama.
El también jefe de la fracción de la MUD, en visita que hizo esta semana a Panorama durante su recorrido por el Zulia, dijo que el llamado a desobediencia civil hecho por Voluntad Popular es “obligar a quienes están fuera de la Constitución a que la cumplan” y que el radicalismo de la oposición “es permitir que la gente vote”.
—¿La posición del CNE de qué forma cambia la estrategia de la MUD para avanzar en el referendo revocatorio?
— Lo que hay que decirle al país es que desde el primer día el CNE ha hecho lo mismo y es tratar de desmoralizar al país, y tratar de sembrar la idea junto con Jorge Rodríguez, Maduro y Cabello de que es imposible que haya referéndum en Venezuela (…). Ahora, tenemos el último paso que, por supuesto, el CNE le está imprimiendo la mayor fuerza porque Tibisay Lucena sabe que no hay otro paso que el referéndum y que los tiempos dan perfectamente. Ella más bien debería promover el voto y la participación ciudadana. Tenemos que recoger, en principio, el 20% del Registro Electoral, que son 4 millones de venezolanos, y la idea es convertir ese día de la recolección en el propio revocatorio (…).
—Hay dos meses de por medio para llegar a esa fecha, ¿que harán para que no se capitalice el descontento ante tantas trabas?
— Estamos llamando al país a que de manera ciudadana y democrática se ponga de pie el primero de septiembre y se haga sentir con fuerza. En este momento, el Gobierno sabe que no aguanta ningún tipo de medición, sea una encuesta, el Miss Venezuela, una votación o un referéndum. Tenemos que hacer que el país demuestre que constitucionalmente somos mayoría y que lo que queremos es la paz del voto. No estamos llamando a la violencia en las calles o al golpe de Estado, o al quiebre institucional, todo lo contrario, estamos llamando es a que se cumpla la Constitución, a que se permita que la gente vote y tenga la última palabra en esta crisis (…).
—¿Cómo se permitieron ese ‘strike’ de tantas firmas de personas fallecidas, no cree que hubo cierta laxitud en el proceso de verificación?
—Nosotros demostramos con pruebas cómo lo que Jorge Rodríguez ha puesto sobre la mesa, de que supuestamente fueron difuntos los que firmaron, no son otra cosa que errores de transcripción. Se hizo un trabajo estadístico con base en esas 10 mil personas y demostramos que se trata de errores de transcripción, es decir, que esa tal lista no existe, ni es real. Lo otro, que también tiene relación, es que tú abres un proceso a todo el país y tú vas a una validación o para firmar o reafirmar lo que vale y lo que no vale. No nos toca a nosotros saber si Jorge Rodríguez mandó a firmar con nombres de personas fallecidas, le toca al CNE limpiar con la validación y eso se hizo. Cada paso que hemos dado ha tenido el aval del CNE con lo cual, al haber cerrado la etapa del 1% , entramos a una segunda etapa. No puedes castigar, por un grupito que haya hecho algo con mala intención, incluso, mandados por el Gobierno, la voluntad de millones de personas.
—¿No había la necesidad de blindar esas firmas que eran tan puntuales antes de entregarlas?
—No, porque no es nuestro trabajo. Nuestro trabajo es convocar al país a firmar, y el trabajo del CNE es limpiar y separar las firmas buenas de las malas, no lo puedes llamar fraudulento cuando quizás, el propio Jorge Rodríguez llamó a esa gente a firmar de mala fe. El trabajo del CNE es filtrar lo bueno de lo malo y está demostrado que las firmas de buena fe son la mayoría (…).