Tormentas e inundaciones causaron estragos en todo el estado de Louisiana y unas 7.000 personas han sido rescatadas, informaron las autoridades. Los equipos de emergencia usaron el domingo vehículos altos, barcos y helicópteros para rescatar a decenas de residentes del sur del estado mientras el gobernador advirtió que la catástrofe “no ha terminado”.
AP
Desde el aire, las casas en el suroeste de Louisiana parecían pequeñas islas rodeadas de campos inundados. Las tierras de cultivo estaban anegadas, las calles eran intransitables y los centros comerciales estaban tan inundados que solo se asomaban los techos de los autos por encima del agua.
Desde el suelo todo lucía catastrófico. Los automovilistas trataban de recorrer caminos traicioneros cubiertos por el agua. Varios coches abandonados fueron empujados a los lados de los caminos, mientras muebles de jardín y juguetes infantiles flotaban en las aguas.
En muchos lugares, sin embargo, el agua seguía aumentando.
El gobernador de Louisiana, John Bel Edwards, dijo el domingo que al menos 7.000 personas han sido rescatadas hasta ahora. Edwards dijo que la tormenta ha “disminuido en intensidad”, pero pidió a las personas que se abstengan de salir, aun cuando el tiempo luzca mejor.
“Este es un hecho grave. Está en curso. No ha terminado“, dijo el gobernador, haciendo hincapié en que en algunas zonas el nivel del agua sigue aumentando.
Dijo que las muertes no han pasado de las tres reportadas el sábado. Una persona estaba reportada como desaparecida en el condado de St. Helena.
Mike Steele, portavoz de la oficina estatal de seguridad y preparación ante emergencias, dijo que hubo un repunte de llamados de urgencia durante la noche en la parte este de Baton Rouge. Dos hogares de ancianos estaban siendo evacuados.
La policía estaba rescatando gente de coches varados en un tramo de varios kilómetros en la carretera Interestatal 12, que estaba cerrada desde Baton Rouge hasta Tangipahoa.