En el artículo 75 de nuestra constitución venezolana, se consagra la protección a la familia. “El estado protegerá a las familias como asociación natural de la sociedad y como el espacio fundamental para el desarrollo integral de las personas (…)” Y en su artículo 77 reza: “Se protege el matrimonio entre un hombre y una mujer, fundado en el libre consentimiento y en la igualdad absoluta de los derechos y deberes de los cónyuges. Las uniones estables de hecho entre un hombre y una mujer que cumplan los requisitos establecidos en la ley producirán los mismos efectos que el matrimonio”.
Igualmente en el artículo 76, nuestra Constitución, obliga a la protección integral de la maternidad y la paternidad y en el 78 se establece que los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho.
Pero también debemos ver a la familia como centro para rescatar los más altos valores que queremos para nuestra colectividad. Es en la familia donde se reciben las primeras y fundamentales nociones de valores humanos. Es en el seno de nuestros hogares donde comenzamos aprender de nuestros padres valores de honestidad, rectitud, responsabilidad, equidad, solidaridad, tolerancia, respeto, justicia, como herramientas fundamentales para vivir en sociedad.
Es en nuestros hogares donde la formación inicial producto de la observancia de los valores antes mencionados y de los principios éticos básicos transmitidos de padres a hijos forjaran a los ciudadanos que conforman progresivamente nuestra sociedad. Una sociedad sana es el producto de la suma de familias sanas.
Pese a las grandes transformaciones del mundo contemporáneo, de los progresos científicos y tecnológicos que generan a su vez un nuevo sistema de vida, la familia sigue siendo el hábitat natural del hombre y de la mujer. Por ello, es de importancia capital que los Gobiernos concentren especial atención en fortalecer y proteger el rol de la familia como la institución social más antigua que conoce la Humanidad.
Diputado Freddy Paz
@freddyspaz