Es difícil en Venezuela salir a comprar y conseguir algo que cueste menos de mil bolívares de los mal llamados fuertes. Inclusive lo poco que se consigue, se consigue agrupado en grupos y o combos que llegan o superan los mil bolívares, algo así como 3 plátanos o 3 aguacates x 1000,00 Bolívares.
Pareciera que los Mil bolívares se hayan convertido soterradamente en nuestra unidad monetaria.
No nos llamemos a engaño. Estos mil bolívares “fuertes” de hoy eran el millón de bolívares de toda la vida, de los de antes, de aquellos mejores tiempos que conoció nuestra nación.
Siempre hago mención a que somos una nación con una memoria muy, pero muy cortica y allí reside nuestro principal problema y vuelvo a hacer referencia a esto aquí, debido a que esto del “todo a mil” necesita de un pequeño ejercicio de memoria para comprender de donde venimos y en donde estamos aunque no sepamos a donde iremos a parar.
Hace 17 años, un apartamento de unos 70 metros cuadrados en alguna de las ciudades dormitorio cercanas a Caracas, costaba 4.500.000,00 bolívares de la época o lo que es lo mismo, 4.500,00 bolívares de los de ahorita. Si vas a cualquier carnicería hoy mismo a la mañana, bolívares más bolívares menos, eso es lo que cuesta un kilo de carne.
En 1999 un carro no de alta gama pero si full equipo costaba de agencia unos 8 millones de los bolívares de los de antes, eso es más o menos lo que cuestan hoy dos cartones de huevos. Podríamos revisar miles y miles de ejemplos y hacer todas las comparaciones que queramos la conclusión sigue siendo la misma. La mayoría de los venezolanos empobrecimos de manera brutal, vertiginosa e inexplicable.
Esto no se le puede atribuir a la caída de los precios del petróleo porque este despropósito ha sido continuado, mantenido y sostenido. Es que acaso cuando se hizo aquella maroma de quitarle los tres ceros a la moneda se premonizaba este desastre económico, o formaba ya parte del proyecto del “Socialismo del Siglo XXI” el empobrecimiento total de la sociedad venezolana?.
Era esa la intención para que todo fuera a mil y no todo a un millón?. Acaso toda esta debacle estaba prevista o programada quizás?. Lo más probable es que nunca lo sepamos.
Pero particularmente pienso que no debemos de dejar de llamarle a las cosas por su nombre y cada vez que hablemos de comprar o vender, o hagamos cualquier transacción financiera recordemos de viva voz que aquel apartamento que en 1999 nos costo 4.500.000,00 de Bolívares de antes hoy cuesta casi 40.000.000.000,00 millones de aquellos mismos bolívares que pagamos en su momento.
No ayudemos a quienes nos han empobrecido de manera tan inquina en estos últimos 17 años a tapar el desastre en el que nos han sumido. Que no nos conviertan en cómplices por olvido.
José Manuel Rodriguez
Analista Político.
@ingjosemanuel