Cansados de vivir tantas penurias económicas, sociales y sanitarias, los venezolanos salimos masivamente a expresar nuestro descontento contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro; así como también para exigir la realización del Referendo Revocatorio en 2016 en la denominada “Toma de Caracas”.
Con motivo de esta gran manifestación las personas provenientes del interior planificaron su venida a Caracas con antelación. Desde el estado Amazonas distintas etnias indígenas se vinieron caminando desde su entidad como manera de rechazo a la actual situación que vive el país.
Del mismo modo, se dieron a conocer varias denuncias de alcabalas de la Guardia Nacional Bolivariana, puntos donde sometían a los ciudadanos a requisas y retención de sus pertenencias.
Llegado el día de la Toma de Caracas los accesos a ciudad amanecieron “cerrados”, con puntos de control de la GNB que impedían el libre flujo vehicular y peatonal, lastimoso.
Sin embargo, ninguna de estas acciones lograron detener el sentimiento de manifestarse de un pueblo cansado de pasar trabajo, por la mala gerencia de un Gobierno que no respeta la opinión de la mayoría.
Una Venezuela en calma exigió a vox pópuli la ejecución de un Referendo Revocatorio contra el régimen de Nicolás como mejor lo sabe hacer, en Paz.
Este jueves 1° de septiembre no hubo espacio para la violencia… Para el venezolano que pasa hambre, que no le alcanza el salario, que está ahogado con deudas, alquiler, matrícula del colegio o útiles escolares y que se ha sumido en una profunda depresión ante la crisis y la migración de hermanos, fue más que reconfortante mirar a su alrededor y ver entre la inmensa multitud que NO ESTÁ SOLO.
Si los venezolanos queremos recordar una jornada épica, no hay dudas de que el 1° de septiembre de 2016, quedará como una de las más trascendentales de la historia contemporánea de nuestro país, no solo por la gesta protagonizada en las calles de Caracas, sino por el ejemplo de civismo y una fiel muestra de que el pueblo aspira dos objetivos: recuperar la libertad y la democracia.
En medio de una época de adversidades en la que Venezuela ha perdido a millones de sus hijos a manos de la violencia, el hambre y la creciente migración que ha fracturado a innumerables familias, este 1° de septiembre marca el inicio de un ciclo que, pese a lo intrincado del camino a transitar, demuestra que cuando un pueblo decide cambiar, no existen grandes obstáculos.
El obstáculo que lo detiene ya es mínimo, es por ello que los venezolanos podemos decir que “sí hay esperanzas para la reconstrucción nacional”.
Hoy queremos agradecer a todos y cada uno de ustedes, que quieren prosperar y avanzar y que caminaron en PAZ.
Salimos y nos manifestamos, se calcula más de un millón de personas. Con solo 100 irregulares tirando piedra al ritmo de Freddy Bernal http://bit.ly/2ccOKvH.
Los pacíficos nos mostramos y medimos así. El cáncer del país es complejo y no se remueve con un bombazo, se remueve quirúrgicamente de a poco para no dañar más tejidos.
El #1S ha sido una gran victoria. El régimen nada tiene… en esta oportunidad volvimos a caminar otra vez.
Y seguiremos caminando, en paz, para reconstruir nuestro hogar.